YURIRIA.- Habitualmente son pocos, uno que otro, los boleros que fijos en el centro de la ciudad. Los demás deambulan entre las calles, y don José Medina ha estado aguantando, y sigue firmen en su actividad.
De por sí es poca la gente que va al jardín a darse una boleada, pero ahora con la pandemia la situación es peor…. como en toda actividad.
«Pero no nos queda otra, hay que seguirle», dice don José, sin perder el ánimo y quedando a la buena de Dios que le lleguen clientes.
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