El programa Pueblos Mágicos agrupa 121 comunidades mexicanas y surgió hace 17 años, su creación tuvo el motivo de contribuir a elevar los niveles de bienestar, empleo y fomentar la inversión en las comunidades, tras estructurar una oferta turística complementaria y diversificada hacía el interior del país, basada en atributos históricos y culturales.
A pesar de las buenas intenciones, tras recibir el nombramiento, en 11 Pueblos Mágicos se incrementó el nivel de pobreza hacia 2015 y en 23 se redujo, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Mágicos y pobres
Después de ser una de las localidades con menor rezago, el poblado de Arteaga, en Coahuila, fue donde más aumentó la pobreza, al pasar de 6 mil 340 habitantes en esta situación en 2010, a 9 mil 39 en 2015, es decir, de 25.3% a 41% de su población.
Jiquilpan y sus jacarandas, en Michoacán, fue la segunda comunidad donde más incrementó la pobreza, al pasar de 46.3% a 53.4% entre 2010 y 2015; Metepec, en Toluca, fue el tercer pueblo donde más subió la pobreza, de 25% a 31.6%.
La lista no acaba ahí, luego de recibir la distinción, 2012 creció la pobreza en Yuriria, en Guanajuato; Batopilas, en Chihuahua; Loreto, en Baja California Sur; así como Angangueo y Tacámbaro, ambos en Michoacán; y Cholula, Chignahuapan y Pahuatlán, los tres en Puebla.
O el caso de Mazunte, en Oaxaca, donde la población no cuenta con los servicios necesarios para atender la afluencia de turistas, no cuenta con Servicios de Salud, no hay bancos y mucho menos transporte público después de las 10:00 de la noche.