En 2018, la presa Ignacio Allende estuvo a punto de desbordarse y el desfogue que le hicieron por la gran cantidad que tenía fue suficiente como para inundar la planta Honda, de Celaya, la cual tuvo que parar varios meses; hoy esa presa está en uno de sus niveles más bajos de almacenaje, con apenas un 36% de almacenamiento de agua.
Esa es la otra crisis que viene, la del agua, pues de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), luego de un 2019 seco, prácticamente sin lluvia, la sequía en 2020 podría extenderse hasta mediados de abril, por lo que las reservas de agua podrían llegar al límite y abastecer apenas lo justo, en espera de que éste sí sea un año llovedor.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua Monitoreo de las Principales Presas de México de la Conagua, en Guanajuato las presas están a un 53% de almacenaje en promedio, pero hay casos extremos, como el de la presa Ignacio Allende, que está apenas a un 36% de su capacidad, el más bajo en la última década.
DATO: 30 mil hectáreas del ciclo primavera-verano no fueron sembradas en el ciclo otoño invierno, que aún está en curso.
O por ejemplo, la Laguna de Yuriria también tiene uno de sus niveles más bajos de agua, con apenas 43% de su capacidad. Otra presa con bajos niveles es La Golondrina, de Pénjamo, que está a 51% de su capacidad, y que en 2013 por la gran cantidad de agua que tenía se desbordó y afectó a varias comunidades; hoy apenas tiene lo suficiente para poder garantizar agua al menos para este año.
Juan Carlos Valdez Montes, especialista en suelos agrícolas por la Universidad Autónoma Chapingo y quien en Guanajuato está haciendo un estudio sobre cultivos alternativos ante la falta de agua en el país, para integrarlo al Plan Nacional Hidráulico que presentará en 2021 el Gobierno de México, dijo que es momento de que en el estado se esté pensando en fortalecer la tecnificación para los cultivos, pues 83% del agua usada en toda la entidad se va para riego.