Al ritmo de versos improvisados y el sonido del zapateado en el tablado, el huapango huasteco y arribeño dan vida y alegría a las cinco huastecas de la República Mexicana y el noroeste del estado de Guanajuato.
Estos dos estilos únicos son expresiones musicales que se impregnan de los ambientes físicos o sociales que se viven constantemente en los rincones más tradicionales de los municipios de Atarjea, Victoria, Xichú, Tierra Blanca, y Santa Catarina, donde los huapangueros arribeños continúan componiendo versos que predominen de generación en generación.
Por una parte, el son arribeño es de cerro, se baila en la tierra, incluso entre las piedras con su estilo natural que le sale al ejecutante del corazón; no es de tarima como el son huasteco, sin embargo, este último plasma la elegancia y soltura en cada uno de sus estilos como es el potosino, poblano, queretano, hidalguense, tamaulipeco y veracruzano.
Entre los personajes que destacan en el arribeño se encuentra Tobías Hernández Dorado, uno de los músicos, poeta, trovadores más conocidos de la región, quien comentó que el huapango no es una chamba para ganar dinero, sino es una pasión con la que se nace.
“Yo descubrí el huapango arribeño el cual se transmite de los músicos grandes, esto no es una chamba para ganar dinero, es una cosa que se trae en el corazón, a estas alturas yo tengo más de 36 años en la música en donde he disfrutado al máximo de este huapango que para mí está lleno de experiencia sabias”, platicó Tobías.
Agregó “el huapango arribeño trasmite la tradición, es lo que nos mueve porque nosotros somos liricos, pero ante todo se pone el corazón, ante todo porque es lo que queremos dar a la gente”.
Por otro lado, para Noel Velázquez, huapanguero huasteco e integrante de uno de los tríos más conocidos a nivel nacional e internacional, dijo que este estilo de música es: “la respuesta que tengo como única, el huapango huasteco es la cultura de mi hermoso México, porque es alegre y pícaro.
“Lo más bonito del huapango huasteco es que existe tema para todo tipo de persona como para la presumida, el borracho, para alagar a la mujer o para la misma muerte”, dijo el músico.
Asimismo, resaltó que la diferencia entre estos dos estilos es la versería, ya que el huasteco es de sextetas o algunos de cinco, y el arribeño rima a 10 versos que es una décima, sin embargo, la hermandad entre estos dos estilos son los instrumentos y el gusto por la tradición y la cultura por sacar a México en lo alto.
De igual forma el músico aseguró que una de las satisfacciones más grandes que le ha dejado el huapango huasteco es conocer gente nueva y enamorada de México.
“Tengo amigas y amigos enamorados del huapango huasteco como son de Perú, Israel, Colombia, entre muchos más. Mi satisfacción es contagiar a las personas de esta bella música”, comentó.
Como parte del rescate y conservación de estas tradiciones en el estado de Guanajuato, el Instituto Estatal de la Cultura implementó la Escuela Itinerante de la Sierra Gorda la cual surgió a raíz de varias reuniones entre el personal del IEC, Casas de Cultura y la ciudadanía de estos municipios del noreste, entre ellos, el Grupo del Consejo Indígena, que manifestó su interés por fortalecer la lengua y la cocina chichimeca, la medicina tradicional, las danzas autóctonas, el huapango arribeño, así como la tradición de los Tunditos.
Fue a principios de agosto del año pasado cuando se gestó la Escuela Itinerante de la Sierra Gorda en los municipios de Xichú, Victoria, Tierra Blanca, Santa Catarina y Doctor Mora, con su difusión a través de talleres semanales. De esta manera, la población conoció las tradiciones de los municipios colindantes, lo que dio como resultado un intercambio cultural entre los mismos.
Actualmente se habla de la importancia de preservar, difundir y fortalecer las tradiciones que se han ido integrando a la sociedad a través de padres a hijos, que le da a la entidad un valor patrimonial intangible. Estas metodologías horizontales para trabajar en conjunto con la sociedad, también tiene como objetivo crear redes entre las instituciones culturales.
En esta escuela itinerante el músico huapanguero Talí Díaz fue parte importante, ya que a través de él se logró el taller de violín enfocado al huapango arribeño y huasteco, en el que participaron niños y jóvenes de diferentes edades quienes le tomaron amor al huapango arribeño para seguir con la tradición.