Se casa uno, y nos ponemos como si todo fuera a ser una belleza, la novia siente que va a llegar a Disneylandia, o a una isla con playas, en forma permanente… El hombre a su vez, siente que va a estar en la gloria… Y sí, va a estar en La Gloria, pero en la cantina La Gloria, llorando penas por los pleitos con la mujer, gritando cosas delante de los chiquillos… Me cai… O sea que el matrimonio no es la gran felicidad… La felicidad nada más es los meses o semanas de noviazgo, el día de la boda y los meses que andes sin hijos… Porque ya teniendo el primero chilpayate, empiez el verdadero infierno… ¡Cómo te atreves a decir que cuando llegan los hijos el matrimonio se convierte en un infierno, siendo que es cuando se vive la gloria, al tener personitas que son como un reflejo y una esperanza!… Bueno, bueno, sí son esperanzas, se viven años bonitos, claro, al principio…. Pero cuando nace el primer hijo, es cuando la esposa, mujer, querida o concubina, se convierte en un diablo: le entra la inseguridad, no quiere que llegues tarde, no quiere que te vayas de su lado, te reclama para que le ayudes, porque es una chinga estar criando a la criatura, darle su bibi, ponerle su pañal, limpiarle la caquita, ponerle talco, lavar los pañales, o mejor ponerle pañales deshechables que sólo sirven como contaminadores del ambiente… Por cierto, ¿por qué hasta los perros de familias más adineradas les encanta tragarse la mierdolaga de los pañales?… Encuentran uno, y se lo llevan a otro lado para deleitarse tragándoselos… No me explicó… Bieno decía, que además, hay que bañar al bebé, comprarle un chingo de cosas, ¡y eso que es un pedazo de humano!, jabones especiales, aceites, ropita, zapatitos, etc., etc…. ¡Es un desmadre!… Pero a fuerza tienes que aceptar lo que te dicen tus padres: debes ser generoso, mira lo que Dios te dio, ayúdale a cargarlo, a cambiarlo, a darle su chupón, el babero, el Gerber… Bueno, etc., etc., pero ahí, con las criaturas es cuando se les entra la bipolaridad, se hacen entre inútiles y exgeradas, muy sentidas, desesperadas, ansiosas, mandonas, conmiseradas, ¡ay pobrecita de mí…. Total que es cuando te acuerdas y dices: «Pos no que el matrimonio es la felicidad»… No hay felicidad, mi buen, ¡es pura chinga!…. Pos sí… Pero para que no te estresses tanto, porque de todos modos la vida es así, te contaré lo que me pasó caón… En esas cosas del matrimonio… Pos tú sabes que me gusta el ambiente en las cantinas, me echo unas con los amigos, o con quien encuentre… Pero lo malo es que cuando llego a la casa, nos empezamos a pelear mi vieja y yo… Me dice que dónde andaba… Después me dijo que ya no me iba a dejar entrar a la casa en el caso de que llegara pedo… Y me ocurrió algo: el sábado llegué a mi querida casa, hogar o morada, traté de abrir la puerta, y pues, ¡sheet! estaba cerrada por dentro… En la peda recordé que ya me había advertido la bruja que me iba a dejar en la calle… Así que, enojado por la situación, le empecé a gritar: Marina, Marina, abreme! ¡Abreme!… Y no le abría… Yo le empecé a gritar: «¡¡Abreme, hija de tu pinshi mader!!…. Una y otra vez le gritaba así… Abreme!, hija de tu p… madre!… La mamá estaba enfrente, y me oía. De pronto se me acerca, y me dice: «Bueno, pues, qué traes tú cabrón?»… Usté no se meta, el pedo no es con usté, ¿qué no ve que no me deja entrar?… Sí, y yo soy su madre, además estoy viendo que usted le está mentando su madre a mi hija, ¡y yo soy su madre, pendejo!… La señora traía un bastón en la mano: «Si sigues chingando aquí nos damos en la madre!!»»… El hombre se hizo a un lado, para evitar sufrir un chingadazo a la de primera… Y ella se le fue encima, gritándole: «Ya me tienes hasta la madre con las cosas que le haces y le dices a mi hija, hijo de tu pinch… mader»… Se la regresó… La señora iba brava a darle, afortunadamente, la propia esposa de este re cabrón, salío, y le dijo: «Ya mamá, ya. Déjalo, orita lo arreglo yo»… No, que arreglas, ni qué arreglas, si no arreglas ni tu vida menos la de este jijo de la… El amigo se fue caminando y viendo a su esposa y a la suegra, llegó a la puerta de la casa y ahí se estuvo, mirando lo que se decían ellas: «No seas tan pendeja. Bien te lo dije que este valía madre para que fuera tu pareja sentimental, y que no establecieran el vínculo del matrimonio, y menos que te pusieras el anillo de bodas que puso en tus manos, anillo que simboliza… ¿simboliza? ¡qué chingaos simboliza pura madre, cuál amor, te dije, pendeja!… Bah, no entiendo, cuando eran novios y se fueron al templo, esta señora andaba toda amorosa y organizadora, que traigan esto, que vamos por el puerco para las carnitas, que se hagan 20 kilos de frijoles con gorgojo, arroz a la naranja, 3 latas grandes de chiles de la MORENA… ¿ya confirmaste con el grupo de los Mendoza para la tocada?… ¿Ya está el vestido, señora?… Ay, es que ando muy apurada con lo de la fiesta de mi hija y de mi Toño… Quiero que sea la mejor, la más linda, ya aparté el salón Fambruesas, y esto y lo otro… ¿Cómo ves?… Pos mira, no critico a nadien, así es la vida… Todo puede suceder, como con este tequila Azul, no sé si me ha hacer cruda para mañana… Sea en el nombre de Dios: ¡Salú!