(La Verdad).- En 1964, las hermanas González Valenzuela se hicieron famosas en México por haber asesinado entre 90 y 150 personas, entre ellas mujeres a quienes ellas mismas prostituían, bebés recién nacidos y clientes de su burdel.
Por las atrocidades que cometieron, más que nada en contra de las mujeres a las que secuestraban y esclavizaban sexualmente, las “Poquianchis”, como fueron popularmente conocidas estas mujeres, son consideradas las asesinas seriales con mayor tasa de víctimas en la historia de México.
Se trata de Delfina, María Jesús, Carmen y María Luisa, quienes lideraron una red de secuestro y prostitución entre 1945 y 1964, principalmente en la ciudad de Francisco del Rincón, en Guanajuato, México.
La infancia de estas mujeres estuvo marcada por una violencia impresionante, pues fueron hijas de un policía violento, prepotente y autoritario, quien fungió como alguacil de su pueblo aún después de la Revolución. Se cuenta que obligaba a sus hijas a presenciar las ejecuciones de sus presos.
A finales de los años 30, los padres de las cuatro hermanas habían muerto, dejándoles una modesta herencia. Con este capital, la mayor de las hermanas, Delfina González, dio vida a su primer burdel, ubicado en El Salto, Jalisco.
Gobernantes corruptos las ayudaban
Aunque para ese entonces la prostitución era ilegal en Jalisco, la vigilancia ante la comisión del delito era bastante laxa, por lo que el negocio prosperó.
En 1954, trasladaron el negocio a Lagos de Moreno, Jalisco, donde contaron con el apoyo de varias autoridades corruptas para establecer su negocio.
Las mujeres del burdel eran conseguidas con engaños o comprados a tratantes. El sistema que las “Poquianchis” utilizaban era similar al de los peonajes en el porfiriato.
Las esclavas eran obligadas a compensar a sus madrotas con ropa y comida a precios elevadísimos, acumulando deudas inmensas imposibles de pagar, condenando a las mujeres de por vida.