El ex magistrado de la Suprema Corte del Estado, Lic. Miguel Cortés señala que el Gobierno del Estado ha seguido bien un proceso de extinción de dominio sobre varios autos de lujo, y que han sido asignados a las Fuerzas de Seguridad Pública para convertirlos en patrullas.
Pero no es ético, el darles ese destino, hasta por razones de imagen lo correcto debe de ser forzosamente su venta en pública subasta y su producto ingresado en el Presupuesto General de Egresos para darle un destino general de beneficio común.
A continuación su opinión en torno a este escándalo que provocó el Gobernador del Estado, Diego Sinhué, presumiendo el uso de los vehículos, y hasta la contratación de un corredor de autos, para enseñar a los pobres agentes de la FSPE a manejarlos.
Otra vez Guanajuato es noticia nacional e internacional.
Ahora son los vehículos de lujo que se utilizarán como patrullas. Dice el Gobernador que son vehículos que han sido asegurados a los delincuentes.
Para efectos publicitarios está bien el término que utiliza el Gobernador, pero no es el correcto, porque de un vehículo, o de cualquier bien que ha sido asegurado no puede disponer el Estado, sino hasta que se haya declarado el abandono a favor del Estado; o se haya decretado su decomiso o se haya declarado la extinción de dominio.
Abandono, Decomiso y Extinción de Dominio son las tres formas en que los bienes relacionados con hechos delictuosos pueden ingresar al patrimonio del Estado; de otra forma, siguen teniendo un poseedor o propietario.
Efectivamente, una vez que ha ingresado legalmente al patrimonio del Estado, la Fiscalía, por conducto de la Unidad competente puede disponer su Asignación y Destino. Hasta aquí todo tiene un sustento legal.
Pero…. Existe un impedimento de tipo ético, que genera una pregunta: ¿Es correcto que el Estado utilice esos bienes?. Si la respuesta es afirmativa, no pasará mucho tiempo para poder ver a honorables funcionarios conduciendo ese tipo de vehículos arrancados a la delincuencia. Entonces, quizá ya no parezca tan correcto.
El destino natural y ético de tales bienes debe de ser forzosamente su venta en pública subasta y su producto ingresado en el Presupuesto General de Egresos para darle un destino general de beneficio común. De otra forma, estará latente la tentación de asignarse a determinas tareas, con gran regocijo de determinados funcionarios.
¿Qué tal se miraría el señor diputado en un camaro amarillo que antes fue del narco del barrio?
Las tareas de gobierno deben de ser responsables y serias.