A raíz de que el servil subsecretario de salud federal, Hugo López-Gatell, ordenara que las empresas cerveceras dejaran de producir, ha habido una terrible escasez de esa refrescante bebida y abusos por parte de los mercaderes, toda vez que lo que hay en existencia lo venden como si fuera la última cerveza en el desierto. Pero lo preocupante no es esto.
Lo realmente grave va a ser cuando empiece a decaer la producción de productos básicos. Hay amenaza de hambruna. ¡Aguas!
De hecho, empieza el acaparamiento de las cosechas en algunos países del mundo. En cambio, en Guanajuato los productores agrícolas demandan que la industria de la transformación les compre sus productos.
Es el caso de los cebaderos de la zona de Valle de Santiago y otras regiones, quienes están exigiendo la reactivación de la producción cervecera en el país, pues miles de productores no han podido vender su cosecha y temen que, cuando todo vuelva a la normalidad, las empresas les paguen sólo la mitad de lo que está considerado en los precios de garantía. Y es entonces cuando va a “arder Troya”.