Glasgow, Escocia, 10 de noviembre de 2021.- En la Conferencia sobre Cambio Climático, la COP26, más de cien gobiernos nacionales, ciudades, estados y grandes empresas han firmado la Declaración de Glasgow sobre automóviles y furgonetas con cero emisiones para poner fin a la venta de motores de combustión interna en 2035 y en los principales mercados del mundo en 2040.
Al menos trece países se han comprometido también a acabar con la venta de vehículos pesados que utilizan combustibles fósiles para 2040.
Desde muchas ciudades, las iniciativas ya están en marcha, como en las ciudades latinoamericanas de Bogotá, Cuenca y Salvador, que tienen por objetivo conseguir flotas de transporte público de emisiones cero para 2035. México no se incluyó.
El sector del transporte es responsable de aproximadamente una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
«El mensaje para los responsables de la toma de decisiones es: Tenemos que asegurarnos de que empezamos a normalizar que, para 2035, debemos dejar de vender coches de gasolina y diésel. Para los autobuses, será antes, 2030; el transporte pesado, puede tardar algo más, 2040”, dijo Mónica Araya, de la iniciativa mundial Drive Electric Campaign.
Así mismo, Araya lo ha dejado muy claro: durante la transición, los países en desarrollo no pueden convertirse en el vertedero de la vieja tecnología de los más ricos, sino que deben ser vistos como impulsores del gran cambio.
El acuerdo no es de carácter obligatorio: Secretaría de Economía
CDMX 10 de noviembre de 2021.- De acuerdo con información publicada por el periódico “El Sol de México en su página web, “la Secretaría de Economía aclaró que el acuerdo suscrito en la COP26, para impulsar la transición de vehículos impulsados por combustibles fósiles a autos y camionetas cero emisiones en 2040, no es de carácter obligatorio para México ni para ninguno de los 33 países firmantes del acuerdo global”.
Agrega la nota que “México suscribió una declaración de carácter no vinculante, con un enfoque de responsabilidades comunes pero diferenciadas, para que los gobiernos de mercados emergentes y economías en desarrollo (como México) trabajen intensamente hacia una adopción y proliferación de vehículos de cero emisiones”.