La leyenda de la Llorona, es la más antigua y popular de México, pues parece que la Llorona no es exclusiva de un solo pueblo o estado, pues existen leyendas y relatos de misterio y terror en cada rincón de la república mexicana.
La leyenda de la llorona, se remonta a la época de la conquista, donde una mujer indígena se casa con un hombre español y tienen 3 hijos, al tiempo, el hombre la engaña y abandona por otra mujer española, y ella en venganza mata a sus hijos ahogándolos en el rio, volviéndose posteriormente loca; al morir, su alma en
pena vaga por las calles de todo México buscando a sus hijos, gritando con voz de ultratumba “¡Ay mis hijoooos!”, en esta leyenda mexicana existe una constante, la llorona siempre se aparece en zonas próximas a donde hay agua, un rio, un arroyo, una acequia o un estanque, recordemos en que elemento asesino a sus hijos.
Valle de Santiago no estaba exento de la aparición de la Llorona; el siguiente relato corresponde a la leyenda llamada, “La Esquina del Testerazo”.
La gente contaba que hace mucho tiempo, en aquel Valle de Santiago de antaño, donde al caer el sol reinaba la penumbra entre sus calles, pues aún no se inventaba la luz eléctrica, y en aquel pueblo oscuro, la gente se recogía en sus casas muy temprano, quienes siempre estaban temerosos eran los hombres trasnochadores, pues la gente del pueblo contaba que pasadas las 12 de la noche, se aparecía aquella mujer fantasmal vestida de blanco con largos cabellos negros, conocida por todos como “La Llorona”, vagando en un
pequeño estanque de agua, que habían construido los campesinos de aquel tiempo, como abrevadero para animales, mismo que se surtía aprovechando la bajada de agua del arroyo de las tinajas, la gente conocía este estanque como “La Presita”, (actualmente es la zona de la calle de La Presita) por eso la llorona partía gritando “¡Ay mis hijoooos!” desde la Presita, hasta la primer calle del pueblo, llamada en aquel tiempo la Calle del Terror (actualmente calle I. Allende) sembrando el miedo a su paso, al emitir entre sollozos su
reiterado lamento a lo largo de seis cuadras que tiene de extensión esta calle, para terminar ingresando de nuevo a un costado de la acequia y seguir su recorrido hasta perderse en la oscuridad de la noche, la gente que moraba esta calle aseguraba haberla oído muchas veces, algunas otras decían haberse atrevido a verla pasar a través de las rendijas de puertas o ventanas y los menos afortunados tuvieron un terrorífico
encuentro con esta mujer de blanco, en esta oscura y tétrica calle; en alguna ocasión unos labradores hicieron una construcción rustica en un terreno de temporal, exactamente antes de llegar al inicio de la calle Allende, es ahí donde toma nombre esta leyenda; en alguna oscura noche salió la llorona penando desde la presita, y al tratar de ingresar a la calle del terror, no se percata de esta nueva construcción de
adobe, chocando estrepitosamente con ella, cayendo al piso al propinarse tremendo “Testerazo” (golpe con la cabeza), dejando parcialmente destruida aquella troje, desatándose al instante una enorme tolvanera, derivada del gran enojo que invadió a la misteriosa mujer de blanco, que la hizo levantarse de inmediato y salir gritando con una gran rabia “¡Ay mis hijooos!”, aterrorizando de sobremanera a todos los vecinos, para luego desaparecer al final de esta oscura calle.
Al amanecer, la gente se arremolino en la esquina para averiguar que había causado ese gran estruendo, hilando conjeturas entre todos, la gente comprendió lo ocurrido, y desde aquel día la gente comenzó a llamar a este lugar “La Esquina del Testerazo”, como una prueba del paso de la Llorona por este lugar.
Así termina esta leyenda que al paso del tiempo se ha ido perdiendo poco a poco, de ahí la importancia de rescatar estas leyendas que forman parte de nuestra cultura e idiosincrasia mexicana. De cualquier manera ahora sabemos el por qué, se le conoce a este lugar como “La Esquina del Testerazo”.
C.D. Dr. Sergio Ruiz Aguilera. Cronista Independiente.