“La constancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan fruto”
Arturo Graf
Hola Carlos,
Espero estés muy bien.
Te cuento que por fin pude salir de la ciudad, las restricciones de COVID ya han disminuido y ya se pueden realizar viajes dentro del estado, y al parecer pronto se podrán realizar a otros.

Esta vez fui a un lugar muy lindo llamado “Blue Mountains” o “Montañas Azules”.
Las montañas azules se encuentran en el oeste de Sydney, en un viaje de aproximadamente 2 horas, se llega a un bosque muy lindo, rodeado de eucaliptos, cascadas y barrancas. El pueblo más cercanoa esta área se llama “Katoomba” que es un nombre derivado de la palabra aborígen “Kedumba” que significa brillante, agua cayendo.
El área de las montañas azules es un lugar especial para hacer senderismo, escalar y explorar. Dentro del área se pueden presenciar tres grandes montañas llamadas “Three Sisters” o “Tres hermanas”. La leyenda aborigen de estas montañas, cuenta que las mismas fueron alguna vez tres lindas jóvenes llamadas ‘Meehni’, ‘Wimlah’ and ‘Gunnedoo’ y que por desobedecer las reglas de su tribu fueron hechizadas y convertidas en rocas¿interesante
no? Me recuerda a las leyendas que hay en México sobre la naturaleza.
Hay otras varias historias interesantes de los aborígenes sobre su percepeción del mundo, otra de mis favoritas es la de la “serpiente arcoiris” o “rainbow serpent” pero bueno, esa la dejaré para el siguiente capítulo.
Las subidas y bajadas en esta área pueden ser muy inclinadas, y requieren cierta condición física, caminar y caminar para llegar a la cima.
Caminando se pueden ver también cascadas que caen hacia las barrancas, se puede ver la profundida y la altura de lo que aún falta para llegar a la cima. Ese mismo pensamiento me hizo me puso en la cabeza en valor de la constancia y en lo importante que es seguir en la camino. Hace un tiempo alguien me dijo que la constancia es la clave del éxito y sí que es la virtud por la cual se obtienen grandes frutos.
Al igual que este camino de las montañas, pienso en lo difícil que a veces parece ser la vida, sobre todo cuando volteamos solo hacia arriba y vemos todo lo que nos falta sin apreciar el camino en el que estamos. Los objetivos son importantes, pero vale la pena entenderlos e irlos realizando poco a poco, trabajar en ellos día a día para no abrumarnos y sacarles el mejor
provecho, crear buenos hábitos que lleguen a convertirse en rituales que contribuyan a que nuestros días sean mejores, ya que al final la constancia se construye día a día y nos facilita el trayecto completo hacia la cima de aquella montaña encantada.
Saludos,
JPez