VALLE DE SANTIAGO.- Hacia 1863 la Villa del Valle de Santiago cuenta con 35 mil habitantes, tiene ayuntamiento, juzgado de letras, administración de alcabalas y correos, dos escuelas diurnas para niños y una nocturna para adultos, más de cien calles y seis mesones, algunas casas de dos pisos, una plaza y dos plazuelas.
En lo personal me gusta mucho observar construcciones antiguas o detalles arquitectónicos curiosos, aún sin ser experto en estos temas.
Desde hace tiempo me llamó mucho la atención, por pequeña, una construcción reciente de tres pisos misma que se encuentra al costado izquierdo de la entrada del estacionamiento de lo que fue el Cine Montes por la calle Manuel Doblado, pues mide escasamente tres metros de frente.
Analizando de manera simple creí que podría tratarse de la venta de una fracción de la casa contigua.
Hace aproximadamente 3 años llegó a mis manos una fotografía de dicha calle Manuel Doblado del año 1974, donde aparece este lugar y me doy cuenta que no es una fracción desprendida de la antigua casa sino una construcción independiente.
Investigando en el Archivo Histórico Municipal descubro, por varias menciones hechas en actas del Protocolo Municipal sobre la desconocida “Plazuela de Bravo”, una de las dos plazuelas que menciono líneas arriba.
Escudriñando una antigua fotografía del Teatro Lascuráin datada en la primera década del siglo XX alcanzo a distinguir lo que parece ser el arco de un portal en la parte posterior del teatro.
Esto me dio indicios de que la plazuela de Bravo contaba con un portal, por lo tanto, parece ser que al llevarse a cabo los trabajos de construcción del Teatro Lascuráin a mediados de los años 80 del siglo ante pasado.
Se delimitó con un muro el antiguo portal edificando el teatro metros al frente de esta portalería.
Ahora sólo faltaba demostrar mi teoría sobre la existencia de un antiguo portal en la plazuela de Bravo, teniendo como base de mi investigación la sospecha de que el espacio que ocupa la pequeña casa de tres pisos de la calle M. Doblado formó parte del portal de la plazuela.
Y contando con algunas fotografías antiguas como referencias, comencé mi investigación platicando con el propietario de esta casa quien me atendió amablemente.
Comentándome que no tenía conocimiento sobre este asunto y que el fondo de su casa topaba con el interior de la casa contigua, así que por deducción supuse que la posible continuidad de este portal tendría que encontrase al interior de la casa actualmente convertida en un supermercado.
Ahora solo esperaba tener la suerte de que la construcción se encontrara aún de pie, o mínimo encontrar vestigios claros de su existencia.
Hace algunas semanas al estar realizando compras en el supermercado que se encuentra en la esquina de Manuel Doblado y Mena, casa que perteneció al Profesor Baltazar Aguilar Ortiz, me percaté de que el lugar que ocupan como bodega tenía algunos detalles arquitectónicos interesantes, pues detecte un “ojo de buey”, me refiero a esas ventanas antiguas de forma circular u ovalada que se instalaban en lo alto de los muros para dar luz y ventilación.
Dándome la corazonada de que al interior de esta tienda se podría encontrar el tan anhelado portal. Así que decidido a desentrañar este misterio un buen día fui temprano y pedí permiso para entrar y observar el interior de esta bodega.
Después de ubicar la continuidad de la construcción de la pequeña casa de tres pisos de la calle Doblado, observar características de este espacio, tomar algunas fotografías y tratar de ordenar bien las ideas, emocionado, me di cuenta que mi intuición había sido acertada y que me encontraba parado bajo ese antiguo e histórico portal.
Ahora solo faltaba establecer si el portal que calculo pudo contar con 7 u 8 arcos en su rectangular estructura era público o pertenecía a la casa contigua.
Hay un detalle sumamente interesante y misterioso al interior de este portal, pues existe un pasillo interior de aproximadamente de 65 cm de ancho entre dos muros de tabique que delimitan el portal en la parte posterior de este, el cual parece ser un pasadizo secreto que bien podría ser el acceso a un túnel o formar parte de alguna vía rápida de escape, sólo que de momento no lo podría asegurar.
Incluso no se puede establecer con precisión cuantos metros de longitud tenia este pasadizo, pues esta construcción ha tenido modificaciones con el paso del tiempo y actualmente se encuentra bloqueado en sus extremos, es una suerte que este pequeño tramo aún se conserve.
No tengo información precisa del porqué se le llamó a esta plazuela “De Bravo” pero supongo que se debe en honor al héroe de la Independencia nacional y tres veces presidente de la republica Don Nicolás Bravo, teoría que espero comprobar cuando obtenga más datos en la investigación.
Finalmente creo que aún queda mucho por indagar ya que la casa donde se encuentra actualmente parte del antiguo portal pudo ser una construcción importante en relación con las actividades de la plazuela, pues por definición un portal es: “Estructura exterior de un edificio que forma un acceso cubierto a la puerta principal de entrada y está apoyado sobre columnas o pilares”.
Por lo tanto podríamos especular que este lugar pudo funcionar como un mesón o un hostal, pues también encontré un curioso fogón con chimenea al interior de la casa.
Recabando información de la tradición oral se dice que este espacio que ocupa la casa detrás del portal estuvo como segunda sede la Zacatería del pueblo, por consiguiente, todo indica que la plazuela de Bravo y sus mesones aledaños eran el centro neurálgico comercial del Valle de Santiago de antaño.
Este modesto trabajo de investigación inédita ha sido muy gratificante para mí, y espero tener pronto elementos que me arrojen mayor información sobre este misterioso pasadizo secreto y en general sobre esta plazuela que fue testigo mudo de los hechos históricos más relevantes de esta villa.
Es fascinante imaginar las actividades cotidianas durante la época colonial y que decir cuando esta plazuela se encontraba abarrotada de insurgentes al arribo del Cura Hidalgo al Valle de Santiago cuando pernoctan un 10 de octubre de 1810, o también visualizar la plazuela ocupada por tropas invasoras francesas y fuerzas imperialistas mexicanas durante la segunda intervención francesa.
C.D. Dr. Sergio Ruiz Aguilera. Cronista Municipal.