URIANGATO.- La calle que tiene dos nombres, por ser límite entre las dos ciudades, no es atendida ni por Tránsito Municipal de Uriangato ni por Tránsito Municipal de Moroleón.
De manera que todos los conductores hacen lo que quieren, se estacionan a su modo, y la jornada de trabajo para ambas corporaciones termina a las 2 de la tarde.
Tal vez sea otro su horario oficial, pero simplemente, los agentes de ambos lados a esa hora se van.
Y se van porque la actividad de motos y automotores baja de intensidad, de modo que enseguida también los comercios establecidos, y primero los de banqueta empiezan a cerrar, terminando la jornada.
Además se han registrado problemas, porque cuando se trata de llamar la atención a un conductor, el primero de los agentes que llega -de cualquier lado- es el que agarra el asunto o la mochada, y luego los del otro bando se enojan, porque les ganan el mandado. Un relajo.