Muchas de las veces, se ha visto que no llueve, y dicen que es por tanto coconol que hay…. Pos sí, eso dicen… ¿Qué me dices de Santiago, aquél que vivía por la vía del tren, muy tu amigo?…. Ah, pues nada…. o más bien, mucho… Resulta que ya dejó a la esposa, o más bien a la querida con la que vivía… Tú sabes, él era
y sigue siendo soltero, pero arrejuntado con aquella mujer que fue abandonada por su marido… Empezaron a vivir juntos ahí en la casa de su amá de él… Pero con el tiempo, fue resultado que esta señora en realidad era bien mula…. Lo has visto en casi todos los casos, se unen o se matrimonian, y la pareja vive bien, como que
todo está bonito y no hay pex… Pero ya con el tiempo, van saliendo otras actitudes… Salen las diferencias, y las nuevas formas de ser de cada lado… Lo que pasó después es que María Alberta, mujer de Santiago, pues tenía muchos traumas… Traumas que obtuvo de la vida con sus padres, quienes a su vez tampoco vivían bien… Luego se casó con ese marido, con el que tuvo dos chiquillos, se peleaban constantemente, y al final
se separaron, cada quien por su lado… Así que en Santiago ella encontró un poco de tranquilidad, y sí, se veía como que le iba bien… Sin embargo, a los dos años ya todo era diferente… Santiago es una persona muy tranquila, y poco a poco María Alberta se le fue metiendo más y más… Tu sabes: deja que la mujer se te suba
al tobillo, y al rato ya la vas a traer en la cabeza, encima de ti y con un chicote arriándote… Eso parece un juego, mi buen, pero es una realidad real… María Alberta no sólo llegó a darle órdenes a su hombre, sino que también lo empujaba, le gritaba con todo, se burlaba de él, le decía malas palabras… Ya en las últimas
empezó a golpearlo cuando ella llegaba borracha, por andar con sus amigas, unas viejas locas… La penúltima vez le pegó aventándolo contra la pared mientras lo maldecía y le gritaba palabras de las peores… La mamá de Santiago veía como maltrataba y ofendía a su hijo… Pero no le decía nada, la muy mensa nomás le decía:
«Ay, ya no lo trates así»…. Es decir, que al final dejaba que lo regañara, lo humillara, lo pisoteara, y al final la golpiza… Porque más adelante, o unos meses después, ella llegó a la casa toda enojada, enfadada de no se sabe qué, y arremetió contra Santiago, primero lo tumbó al suelo, y luego se le paró arriba para pisotearlo,
enseguida se bajo y le estuvo dando de puntapiés en la espalda… El hombre decía que no se defendía de los golpes, porque consideraba que si le daba una trompada en le hocico, a lo mejor la noqueaba y sus familiares llegarían a defenderla y le pondría (a él) una madriza, así que se dejaba que le pegaran…. -en realidad, muy pendejo, porque cuando menos se hubiera salido a la calle… Pero así es Santiago, bien buena gentilla, y se
dejaba por el mencionado argumento de que se le pasaría la mano… Ante esta actitud la mujer más se crecía y sabía que ya lo tenían en sus manos, dominándolo como un pendejo o como un burro… Aparte de que continuamente las agresiones verbales también estaban a la orden del día, gritándole y diciéndole que era un pendejo, «vales madre», «estúpido», «chingatum»… Y todo eso… Santiago, muy callado, la dejaba pensando
que así se quedaría ella igualmente callada… Pero no… En esa última putiza que le puso, Santiago que de plano ya no la iba a soportar más, por lo cual buscaba la manera de deshacerse de ella… Por las mañanas trabajaba en la empresa Mazda, en Salamanca… Y bueno, pues ahí conoció a Maricruz, una chica también
dejada con un niño, pero se miraba buena gentilla, tranquila… Y se hicieron amigos… Se tomaron confianza… Ella dijo que vivía con sus papás, y que si se juntaba con otro hombre, entonces tendría que irse a vivir con él… El le contó su historial, y lo empezá a tratar con un cariño que Chago no conocía…. Así que se hicieron
amigos… En una noche de luna llena, este muchacho llegó a la casa con una camioneta prestada…. Subió la estufa, la lavadora, el refrigerador, una de las dos camas, trastes, y una almohada…. Sudó en frío cuando junto con un primo estuvo subiendo esas cosas… La desgraciada no estaba, por eso aprovechó él para llevarse las cosas… Se fue directo al otro extremo de la ciudad, en la colonia Emiliano Zapata (no sé en qué
ciudad es, pero por como quiera en todas las ciudades hay una colonia Zapata)…. Allá llegó con su nueva novia, excelente compañera, Santiago ya había rentado una casita, fue por ella, y con eso instalaron el nuevo hogar, casa o morada… Dejó a la ex, y digo que se fue al extremo de la ciudad, en otra colonia, para que la vieja fodonga y mandona no se entere de en dónde vive ahora… Aunque la muchacha nueva dice que si
viene «le parto su p… madre!!!»… Hoy Santiago es feliz, incluso ya hasta se baña… Antes siempre andaba todo mugroso, todo sumido, agüitado, con la mirada triste, sin ánimo… El infierno en el que vivía terminó… Y así ha pasado con muchos hombres, y también con mujeres…. ¡Salud! Pásame el pomo…