MOROLEÓN.- Don Nicolás Gutiérrez Rodríguez, vecino de la calle Priv. de Constituyentes originario de Chucándiro, Mich., fue el primer vendedor de gazpachos de fruta en la ciudad de Moroleón.
En 1970, poco antes que vendiera gazpachos, don Nicolás había emprendido un negocio de venta de fruta picada sobre un carrito que armó en casa valiéndose de tablas de madera y un triciclo.
Su ruta de venta en ese entonces fue sobre las calles Pípila-Allende-El 5 (ahora Dr. Cayetano Andrade), tras lo cual, regresaba a casa a comer, para luego salir a vender en la colonia El Llanito.
Sin embargo, debido a una úlcera que lo acompañó desde su infancia, Nicolás tuvo que parar de trabajar para buscar ayuda con un yerno suyo de nombre José Luis Baltazar, que era médico en un sanatorio privado de Morelia. Allí, gracias al apoyo de su yerno, don Nicolás permaneció internado durante un mes hasta que se repuso.
Al salir del hospital, mientras conversaba con su yerno sobre el negocio que había emprendido, éste le sugirió que vendiera gazpachos.
En su camino a la plaza del Carmen, que por entonces era la central de autobuses de Morelia, Nicolás reconoció al cocinero de un aclientado negocio de gazpachos, un vecino de la comunidad de El Salitre, de apellido Tinoco, quien amablemente compartió con Don Nicolás su receta, además que le obsequió un puño de papel encerado para envolver vasos, así como una garrafita de vinagre especial.
Así, con esos materiales, Don Nicolás comenzó a vender junto al portal Heroínas Insurgentes los primeros gazpachos en Moroleón, un giro que mantuvo durante los siguientes 30 años.
En ese lapso, fue reubicado en varias ocasiones: frente a La Proveedora (ahora Café Costeño); frente al portal Heroínas Insurgentes (frente a la tienda Titán); nuevamente frente a La Proveedora; frente al portal Galena; junto al portal Aldama y, finalmente, frente al portal Aldama.
Actualmente, don Nicolás ya se retiró de vender fruta, y son tres de sus diez hijos los que continuaron con esta bella tradición, ellos son Luis (junto a la mueblería el Porvenir), Nicolás (frente al templo parroquial) y Francisco (en la calle Victoria). Sin embargo, no por ello ha dejado de trabajar.
En su domicilio de la calle Privada de Constituyentes #12, ahora bolea zapatos y arregla sillas, y nos ha pedido encarecidamente que les informemos que está al servicio de ustedes.
Rosendo López Pérez,
Cronista Municipal