Estaba de alcalde César Caldarón cuando se estaban realizando las obras de transformación turística del primer cuadro de la ciudad… Se colocaban así las bases para que Yuriria quedara integrado como pueblo mágico, por eso se hacían esas obras de cambio de pavimento, principalmente… Cuando en eso se comenzó a ver que en la calle «de los taxis de arriba», estaban construyendo unos cuartitos con fachada de tabiques, y
la gente se preguntaba que para qué era eso… Entonces vino la explicación, de que serán pequeños espacios para que los ocupen los comerciantes de las banquetas… Se explicó que, por ejemplo, en San Miguel Allende se tuvieron que quitar todos los comerciantes de alrededor del jardín principal, los portales y
del propio interior del jardín… Así que en Yuriria también se limpiarían todos esos puestos en la banqueta desde el mercado hacia abajo, y también los puestos que están dentro del Portal viejo… Por lo tanto estos comerciantes serían habilitados de un espacio mejor… Luego se pudo constatar que estos estos espacios no
contaban con un buen baño para las necesidades… Se explicó que el baño para usar es el mismo que está en el mercado, como siempre han hecho ahí sus necesidades… Se le preguntó a César que de quién había sido la fantástica idea de tapar la calle para colocar los localitos, a lo cual contestó que era un proyecto del Gobierno del Estado, no del Municipio… Así que sólo le fue notificado a éste Gobierno Municipal de lo que se
iba a llevar a cabo… Bueno, pues adelante… Total, el Municipio no participaba… Y fueron locales muy curiosos, puesto que no abrieron el suelo para sentar «castillos», ni trabes, simplemente, los ladrillos unos sobre otros… Así fue como se hicieron, y con eso echaron para afuera a los taxistas, quienes tuvieron que ser enviado a la banqueta de enfrente sobre la calle Hidalgo… Y estos localitos nunca funcionaron, porque, para
empezar nunca quitaron a los comerciantes semifijos de la banqueta… Dijeron que no se querían ir, y no faltaron los líderes que los aconsejaron de que podían ampararse contra la orden que estaba dando el Municipio, para que se cambiaran a tan lujosos locales… Más bien esto también fue la razón por la cual no se cambiaron: la aparición de pseduo líderes, ya que a quienes sí quitaron fue a los instalados dentro de los Pastitos, donde hace prolongación la calle Fray Diego de Chávez… Todavía queda uno de aquella
temporada… Pronto estos comerciantes se afiliaron al PAN, para prevenir cualquier otra orden que surgiera… Y bueno, total que nunca se usaron por esas razones y otras más de menor importancia… Lo que comenta la gente en la calle es que qué bueno que los quitaron porque este era un espacio de la gente, del pueblo, no para que se convirtiera en zona de locales apestosos… Con esto también los comerciantes de las banquetas
siguieron y siguen en sus lugares, afeando esa parte, pero formando parte de la tradición de un pueblo con tradiciones que no se terminan, sino que se han fortalecido… Más bien a estos comerciantes les deberían colocar lonas para que estén todos iguales… No se les pueden vender, porque van a decir lo de siempre,
«que no les sale, pues las ventas están muy bajas»… A esto agréguese el hecho de que pagan una miseria por derecho de uso del suelo o «plaza», dinero que juntándolo no alcanza ni para pagarle al «placero», o sea, el que cobra… Así que no hay para dónde hacerse… Pero sí ya se trató el tema del cobro de la plaza en el
Ayuntamiento y al parecer se acordó que se aumentará la tarifa de 6 pinchurrientos pesos a 20, para que cuando menos salga para el pago del cobrador/placero… Así las cosas por practicar tanto la paternalidad oficial desde hace muchísimos años… Cuando los mismos que venden verduras le están subiendo constantemente los precios al consumidor, y claro, porque a ellos también les sube el distribuidor…
Estimados vecinos, creí pertinente hablar únicamente de este tema, pues la creación de los «localitos» y su actual desaparición deja mucha historia… No es la primera vez que se derrumba o destruyen fincas por parte del Gobierno… Recuerdo en mi infancia cuando tumbaron toda la manzana, con todas las viviendas con sus enormes casas, la cual estaba a un lado del convento de San Agustín… Fueron tumbadas para que se viera el Convento desde el otro lado… Y todos tuvieron que aceptar la orden…