Hola Carlos,
¿Cómo van las cosas por allá? Espero estés muy bien.
Te escribo esta vez sentada al lado de la ventana del tren en dirección hacia el Sur.
El tren está casi vacío y la ruta ha sido interrumpida, al parecer el tren no llegará al destino final. Se ha anunciado esta mañana que la frontera entre los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria ha sido cerrada y que no se permitirá el tránsito entre ambos por las siguientes seis semanas. Se puede sentir la incertidumbre de nuevo, ¿cómo será esta vez? Hay un poco de angustia entre los viajeros del tren pero un sentido de emoción al mismo tiempo por una nueva aventura.
El tren que va de Sídney a Melbourne recorre varios pueblos y pequeñas ciudades, es un recorrido largo de aproximadamente 11 horas donde se pueden ver canguros, muchos de ellos atropellados por conductores sobre las carreteras, vacas y muchas muchas ovejas. La temperatura se siente cada vez más fría pero interesante, los árboles se ven más oscuros, secos y grandes, la niebla da una sensación mágica y mística.
El tren no llegará entonces hasta Melbourne, será detenido en la pequeña ciudad de Aubrey, para después transbordar en autobús hacia Sourthern Cross, estación final en nuestro recorrido, pues los trenes entre ambas ciudades han sido ya detenidos.
Nos espera una aventura en la gran ciudad con el segundo brote de COVID, una segunda cuarentena en un lugar diferente, en la ciudad que yo llamaría “Gótica”, donde además existen pingüinos, te contaré el desenlace de la historia.
Hasta el siguiente capítulo,
JPez
