Aunque el consumo de alcohol sigue siendo un problema al interior de las familias, ahora el gran problema con los drogadictos.
Los alcohólicos se han convertido en una especie de personas alteradas, pero que la mayoría opta por no hacerles caso, y al no sentirse atendidos, estos terminan por dormirse o alejarse del grupo amistoso o del familiar.
«En cambio, los drogadictos tienen un nivel mucho más alto de alteraciones mentales, que además de problemáticos, se convierten en agresores familiares o sociales. Esto es lo que vemos en los grupos de Alcohólicos y Drogadictos Anónimos».
En el caso de los alcohólicos además de supuestos «más tranquilos» también tiene que ver que el grado alcolismo de las bebidas, realmente es menor a lo que marcan las botellas. Por ejemplo, las tequilas dicen tener 32 grados, cuando en realidad acaso tengan 20 grados.
Le bajan los grados reales, provocando que sean consumidores de más botellas. Con datos AA.