JARAL DEL PROGRESO.- Los amantes de lo ajeno no respetan ni a ricos ni a pobres, en la actual escalada sin piedad que vienen realizando.
Ahora le tocó a don Nacho «El de los Dulces» que lo visitaran y para esto movieron las tablas que sirven de protección de su negocio de venta de los más diferentes dulces.
Esta tienda de don Nacho Soto tiene más de 50 años, niños y grandes lo recuerdan como un lugar tradicional e icónico en donde encontraban y encuentran dulces de los más variados.
Él vive con su esposa en el mismo local de la dulcería. Una serie de tablas colocadas en forma vertical sirven como puerta.
Pero para los feroces rateros, sean del cerro, del PST u otros rumbos, no hay nada que los detenga.
Fue en la mañana, eso de las 7:30 cuando un vecino tocó para preguntarle qué había pasado. Don Nacho se quedó atónito al ver que habían ingresado sacando de su lugar una de las tablas.
Y empezó a darse cuenta de lo que le faltaban pertenencias.