URIANGATO.- La ciudad está inundada de ruidos, pero más allá del paso de los carros y de las ruidosas motocicletas… también el ruido estridente se forma con los carros de sonido que van ofreciendo toda clase de mercancías.
Y por si faltaba algo en el primer cuadro de la ciudad, ahora se suma el ruido de las bocinas que salen del templo parroquial de San Miguel Arcángel. Son dos bocinas las que fueron instaladas en el techo del lado de la Vírgen cuya función nada más era para que se escuchara la misa con motivo de las fiestas de San Miguel y la extensión del templo con lona.
Pero ahora, lamentablemente, las dejaron de planta, para todas las misas.