Son numerosos los casos de personas que haciéndose que ayudan a sus padres, les piden las tarjetas del Bienestar para ir a cobrar la pensión que les llega…. pero una vez recogido el dinero, no se la entregan, y el dinero lo usan en la compra de caguamas.
Así sucede cuando el encargado es un hijo. Y cuando es una hija o sobrina, hacen lo mismo no le entregan el dinero al señor o señora, y se gastan el dinero comprando ropa en Moroleón.
Los casos de personas con pensión con esta circunstancia están aumentando. Son muchos los que se ofrecen para «ayudar» a sus padres o parientes viejitos, que resultan vilmente engañados.