Me cuentan que hay muchos casos en los que también la gente se queda con cara de «What»?, o sea ¿qué pedo?… Esto, en cuanto se refiere al cruce de parejas, que en forma discriminada y descarada se hace, y que muchas de las veces la gente «ya ni se espanta»… Los ejemplos sobran, como en el caso
de Martín N., el cual era un joven talentoso, no tomaba, no fumaba, no se drogaba… Pero también no se bañaba el caón… Tenía qué andar su madre detrás de él, para que cuando menos se bañara una vez por semana… Y con agua calientita, puesta a calentar en una cubeta y sobre la estufa, porque decía
que el agua fría le podía generar un infarto al miocardio (qué mamón!)… Total que ya cuando tuvo 17 años de edad, seguía en las faldas de su mamá, todo el santo día haciendo como que le ayudaba en las labores domésticas, pero decía que no en todo le podía ayudar, porque eran «cosas de mujeres»…
Bueno, pues este wey, un día conoció a una mujer dejada… La vio por ahí en una de las calles cercanas en esa colonia El Resplandor, donde vivía… Dicha mujer había tenido dos hijos, a los cuales los abandonó, dejándoselos al que fue su kelite, o sea su viejo, o sea su esposo… Le valió madres y se fue
a la casa de sus padres (ella)… Y total que conoció a este Martín, se cayeron bien, y la mujer, con tal de ya quedarse en otra casa, con este otro hombre, se ofreció a quedarse ahí, y directamente en la noche, a la cama… Fue algo que sorprendió a Martín, pues pensó que ni siquiera fue novio de esta Marina, sino que de buenas a primeras, luego luego a la cama, a hacerse por la vida… Así fue como él
le pidió a ella que se quedara a vivir en la casa de su amá (de él, claro)… Así fue como se formó un nuevo matrimonio, sin tanto problema, sin tanto pedo, y sin tanta hipocrecía, como eso de que los padres tienen que ir a pedirle la mano a los papás de la novia…. Y que los tienen que recibir con una rica cena, o por lo menos una tamaliza, para que se vea que hay ánimo… Todo eso que se hacía antes,
lo cual parecía como una ofrenda o una tradición entre los jóvenes novios y sus familias… Ya no hay eso, ahora simplemente Martín metió a la casa a la «muchacha» (recuerda que era casada y dejada), y ya estando ahi la pasó directamente a la casa esa misma noche, en donde hicieron de todo… La mamá del muchacho nada más escuchaba el respiradero fatigado y el movedero del viejo colchón…
Seguramente ella estaría pensando «ese es mi hijo, bueno para la faena, porque parece que ya van dos rounds seguidos sin zacate»… Cosas de la vida… Así fue como inició esta pareja, y la mamá del muchacho se sintió feliz, porque su hijo ya tenía mujer… Así estuvieron durante buen tiempo, más que nada, disfrutando de la vida, porque la mamá no le exigía al hijo que se fuera a trabajar, en cambio
este nada más andaba abrazado con esa señora que dejó a sus dos niños por allá…. Mujer insensible, y mal nacida, abandonadora de sus criaturas… A Martín esa situación le valía madres, él lo que quería era a ella, no a los niños que tuvo…. Así estuvieron seguramente que felices a lo largo de seis años… Fue resultando que Martín tenía un hermano que vivía a unas dos cuadras del lugar… De vez en
cuando iba a la casa de la mamá a saludarla, al igual que a su hermano, y a la que venía siendo su cuñada… A José Alberto, el hermano, no le agradaba esta mujer, no era de su tipo, y él mismo tenía la suya, por lo que todo se miraba normal… Pero una vez, José Alberto se separó de su mujer, por lo adicto que era al consumo de yerbabuena y caguamas… Era un gran problema estar lidiando con él, ya que seguido, un día sí y otro no, llegaba ya bien pedo, y eso era suficiente para estarse peleando, ya
que bajo los influjos del alcohol, los resentimientos guardados salen a flote, y en esas circunstancias más fuerte se pelean las parejas… Por lo que llegó un punto en que ambos se separaron, o más bien ella se fue a la casa de sus papás… Situación que hizo cambiar la actitud de José Alberto, quien al no
tener mujer para sus necesidades espirituales nocturnas, empezó a ver con buenos ojos a la mujer de su hermano… «Bueno, no está mal, tiene chichi»…. Y cosas así decía… Pues ai tienes que el mentado
Martín tuvo que salir huyendo del pueblo, porque los de Elektra y los de Coppel (lugares favoritos para pedir fiado), andaban tras de él, para que cumpliera con sus pagos… El muchacho mejor se fue para no pagar nada… Y pos bueno, su hermano José, dijo «pues le voy a cuidar a su vieja», o algo sí… Total
que se «enredó» con su cuñada, se fueron a la cama a ver qué tanta resistencia tenía, y… pues no es que se hayan enamorado, sino que se cubrieron sus necesidades fisiológicas y orgásmicas, de manera que el pinche hermano de Martín le «voló» la vieja, como rudimentariamente se dic… ¿Y qué dijo la
mamá de estos al ver el cambio?… Nada!… Dijo nada más «Ah, que muchachos estos», y ni una palabra sobre la nuera traicionera… de hecho nunca le reclamó el ser eso, traidora…