Por Pepe Carrillo.-
Se acerca el Día del Padre, el mes de junio llegó.
El pasado 10 de Mayo a la madre se festejó.
Aquí escribo estos versos dedicados al viejo. Él también tiene derecho, no solamente la esposa.
Invítenle una caguama, o una comisa sabrosa, es el patrón de la casa, que sea pareja la cosa.
Y los que ya no lo tienen no debe de preocuparse, recuerda esos momentos que con él los disfrutaste.
Mándale un beso hasta el cielo, él jamás ha de olvidarte. Élo recibe con gusto, aunque no físicamente, siempre ha de acompañarte.
No se requieren riquezas para poder disfrutar. Lo importante es la familia y con los hijos estar.
Con un plato de frijoles y unas tortillas con sal, hijos, padres y hermanos nos vamos a festejar.
Disfrutemos los momentos reunidos en el hogar. Hay familias bien humildes que contentos lo festejan.
Otros, ricos de abolengo que ni del viejo se acuerdan. Están podridos en vida, y aún pensando en la herencia.
Esos deberían tener un poquito de conciencia.
En este mundo hay de todo: hay hijos que son muy malos, nunca visitan a sus padres, los tienen abandonados.
De todo tiene que haber en la viña del Señor, como esos que a sus padres los colman de inmenso amor.
Y hay viejos abandonados, no lesa tienen compasión. Sus hijos son desalmados que nacen sin corazón.
Seres solos, amargados, sin un ápice de amor. Bien caro van a pagarlo cuando estén frente al creador.
Recuerden tomarlo en cuenta, y no lo echen al olvido.
Que con la vara que mides con esa serán medidos.
Por eso este Día del Padre pídele al viejo un consejo, para que nunca tropieces y veas el camino correcto.
Algunos se vuelven ricos, se sacan la lotería, pero siguen siendo pobres, tienen el alma vacía.
Por eso en estos tiempos de bastantes desafíos aprovecho el Día del Padre y disfruto con los míos.
Siembra tu propio jardín, cultívalo con paciencia, nunca esperes que tu padre te dé parte de la herencia.
Disfruta, vive la vida y vívela con pasión. Y cuando tengas tus hijos trátalos con mucho amor.
Si tu padre te ofendió, perdónalo, como los hijos decentes. El perdón es la virtud de esos hombres valientes.
Si tú tienes a tus padres, disfrútalos con cariño, la muerte no llegará por la vejez, más bien llega por olvido.
Es bueno, hermoso y bonito a su familia querer. Si alguno te ofendió, perdonarlo es saber reconocer.
Palabra que se escribe igual al derecho que al revés.
Si aún tienes a tu padre dale un abrazo inmenso, pues cada final en la vida tendrá un nuevo comienzo.