VALLE DE SANTIAGO.- De los cuatro personajes que aparecen junto a la pared, son inolvidables:
Don J. Refugio Silva Ledesma, (don cuco, o el jefe don cuco), toda una vida consagrada a la seguridad
pública, y José González Vargas (el Kika), eterno comandante policíaco.
Ambos ya fallecidos.
Los otros dos, al fondo, el segundo comandante Rafael Navarro Rodríguez y Don Santiago Fuerte Luna.
En esa época de los años 80, todo Valle de Santiago sabía quién era Don Cuco Silva cuando se hablaba de él y su corporación.
Era de los que no se iban a dormir una vez terminado el horario, aunque un jefe policiaco nunca tiene horario.
Se levantaba en horarios de la madrugada para recorrer la ciudad en busca de sus patrulleros a fin de que no se durmieran y acataran las órdenes que se les giraban por radio, y el responsable de hacer que se respetaran las reglas, era el comandante «Kika» (José).
Don Cuco Silva, a pesar de ser gente de rancho, supo ocupar cargos importantes en la policía judicial del estado, siendo parte de aquellos que la crearon, amigo cercano de gobernadores e investigador, pues tuvo el orgullo de participar en la captura de las hermanas González Valenzuela, tristemente conocidas como «las poquianchis», en los años 60s.
Luego de su fallecimiento, dejó un enorme hueco que ningún director de policía (o comisario), como se les llama ahora, ha logrado llenar.
Don Cuco, además de policía, era un sicólogo natural, lo que le permitía conocer a las personas con sólo entrevistarlas, además de astuto, sagaz y avezado.
Por el periodista Gonzalo Navarro