VALLE DE SANTIAGO.- Antiguas construcciones revelan su época, y así se determina a través de los materiales usados y su tipo, pero en algunas ocasiones también, cuenta lo que su propietario haya tenido en mente, por ejemplo; los signos astrológicos, astronómicos o esotéricos, que de alguna manera influían para dejar constancia, de los misterios de las edificaciones.
Son también validas que las construcciones de la época colonial, se hicieran en lugares por decir poco accesibles, para contar con mayor seguridad ante los ataques furtivos de los naturales, ante el odio por los abusos cometidos por los conquistadores, y la explotación a que fueron sometidos para generar riqueza desmedida.
Aunque, haciendo historia para algunos escritores sobre la conquista de México, fue como un acto de la conciencia cristiana, o sea el acto del descubrimiento de América, inicial y progresivo de un hombre que responde, a su nombre propio, Cristoforo” el que lleva a Cristo” y cada nombre expresa su incliminable simbolismo.
Posiblemente una de las causas de que algunos hacendados, hayan decidió esconderse prácticamente en sitios inhóspitos de aquellos tiempos, fue con la finalidad de eludir a los auditores o en su defecto experimentar nuevas formas de cultivos, utilizando cultos ancestrales de los indios, o fórmulas mágicas de los chamanes.
Sea cual fuera la causa que motivo al hacendado de apellido Cintora, de la cual toma el nombre la construcción y el cráter, uno de los siete con que cuenta esta localidad de Valle de Santiago, lo cierto es que este caso es único en este estado de Guanajuato. Debido a que no existe ninguna información al respecto, lo que la hace aún más misteriosa.
Cuarenta familias habitan este asentamiento en el interior del cráter, y ocupan lo que fueron los patios de esta hacienda como corrales de asnos y cabras, ocupación principal después de la agricultura, pues hay que mencionar que aquí abunda la vegetación y las cosechas son abundantes, principalmente de sorgo, cebada y maíz.
En esta vetusta construcción de la época colonial ,existen túneles que posiblemente hayan sido pasadizos de escape o para acarrear el producto de las cosechas al exterior, sin tener que subir el cerro pero que, debido a los derrumbes están clausurados, hay símbolos misteriosos, grabados en piedra, así como un águila imperial.
Por las noches dice don Andrés Hernández, se escuchan lamentos por doquier, lo que los hace más audibles debido a que están bordeados por el cráter, y hasta los animales se comportan de una manera extraña, algunos habitantes dicen haber visto la figura del hacendado, en la parte alta de la capilla, que aún queda entre la maleza.
Es así como sitio lleno de leyenda y magia sigue de pie, atrayendo la atención del turismo con su lago extinto que asemeja un paisaje lunar, que ante la luz del sol brilla con tanto fulgor que lastima la vista y que, en su interior guarda cuevas, grutas, grabados y la hacienda de Cintora, única en su género por encontrarse inexplicablemente, dentro de un cráter volcánico, de las siete luminarias.