(Radio Fórmula).- Este martes, campesinos protestaron en Bellas Artes por la exposición de una pintura en donde se presenta “La Revolución”, una pintura de un hombre, similar a Zapata, desnudo, con tacones y en una posición femenina. Los manifestantes fueron azuzados por el nieto de Emiliano Zapata, quien dijo que es una aberración a la historia, pero dejó de lado aquella narración que afirma que el caudillo era bisexual.
La supuesta fluidez sexual del general de la Revolución Mexicana gira en torno a un personaje homosexual icónico de México: Ignacio de la Torre y Mier, yerno del expresidente Porfirio Díaz. De acuerdo con Pedro Luna Paiz, Maestro en Historia por la Universidad Iberoamericana, hay registros que muestran un supuesto amorío entre “Nachito” y el masculinísimo caudillo.
En el libro El álbum Amada Díaz, el escritor Ricardo Orozco, reveló que en los diarios de la hija de Porfirio Díaz ella dejó constancia de la relación entre “Nachito” y Emiliano Zapata. Asimismo, la novela Zapata, de Pedro Ángel Palou, insinúa también relaciones homosexuales, basados en los testimonios de Manuel Palafox, conocido como “El Ave Negra”, secretario personal de Zapata.
De acuerdo con los historiadores y los rumores, Ignacio de la Torre habría conocido a Emiliano Zapata en 1906, en la hacienda de San Carlos Borromeo, en Cuernavaca. “Nachito” cayó rendido a los pies del caudillo
por su personalidad y aspecto varonil.
Después, se dice que Ignacio se llevó a Zapata a su casa en la Plaza de la Reforma, donde vivieron juntos por seis meses. ¿Cómo le hizo? Lo habría convencido con el pretexto de que se encargada de sus caballos.
Amada Díaz, quien siguió casa con Ignacio, vivía lejos de su esposo y sólo se dejaba ver con él en eventos presidenciales y públicos. Al parecer, sus diarios revelarían que ella no sólo sabía de las relaciones homosexuales de su marido: también lo encontró en pleno acto amatorio con el caudillo en un establo.
Zapata y el machismo
Sean ciertos o no los rumores de que Emiliano Zapata era bisexual, lo cierto es que fue y sigue siendo un icono de la masculinidad y el machismo. No por nada su nieto, Jorge Zapata González, aseguró que su abuelo no era un «pinche maricón» y que la pintura de Fabián Cháirez era denigrante.
Mas precisamente los rumores de la fluida sexualidad del caudillo apuntan que su actitud misógina y machista venía de aquella bisexualidad [u homosexualidad] que se veía obligado a reprimir, al menos en público. No por nada la figura de Zapata ha sido resignificada por Cháirez y en junio, en la Marcha del Orgullo LGBT+, donde la temática fue “El Baile de los 41” y en el póster, entre otros artistas abiertamente homosexuales, había un Zapata multicolores.