VALLE DE SANTIAGO.- Cuando pasas por el mercado o por el jardín principal ¿quién no ha escuchado la frase que dice “ese niño quiere churros”?
Es Juan Manuel Cacique Arévalo apodado como el Churros, autor de esta frase quien nos contó un poco de su vida y sus comienzos, desde cuando hace y vende chorros de azúcar y salados.
Juan Manuel.- Comencé desde los 6 años ahorita mi edad, ya son 55 años, soy del 67 y pues tengo toda una vida vendiendo churros.
Mi abuelito Don Santos Arévalo, vendía churros en el jardín y fue quien me enseñó el arte de vender churros.. Yo aprendí mi oficio de él, herencia de mi abuelito, mi papá aprendió de mi abuelito… pero él nunca me quiso enseñar y solo mi abuelito me enseñó y de hi se hicieron ramas, siguió mi tía, enseño a más gente y es cuestión de tanto churrero que hay.
Yo enseñé a mis hijos, que son los que venden en el jardín, no tengo más herencia quedarles mas que enseñarles el trabajo y que le echen ganas.
Con mi abuelito aprendí a hacer churros dulces y churros salados o charros, en aquellos tiempos la materia prima era barata pero ahora se necesitan invertir más de 700 pesos, y vender mas de mil pesos para obtener las ganancias y hay veces que no los saco y solo es la inversión y en ocasiones ni la inversión, pero también hay tiempos buenos.
En tiempo de pandemia me fue muy mal. No teníamos a veces ni para comer. Mi señora lloraba y no tenáimos para la comida. Salíamos a vender pero nos trataban de quitar la mercancía o no nos dejaban trabajar, nos prometieron ayuda en presidencia pero la verdad no alcanzaba para nada. Me dieron dos veces lo mínimo y querían que con eso viviera. Hoy en día el gasto de una familia es de 300 pesos y querían que con 50 pesos comiéramos y era muy bajo.
Dia7.- ¿Qué enseñanza das a la ciudadanía acerca de tu vida y de tu trabajo?
Juan Manuel.- Mi enseñanza es de que a pesar de ser pobre se puede vivir honestamente. A pesar de que mi ganancia es poca o mínima, nunca he delinquido nunca he hecho cosas malas de las que yo me pueda arrepentir.
Y seguimos al pie del cañón y enseñarle a mis muchachos que la honestidad es lo mejor que tenemos en la vida deesa es la enseñanza que yo quiero dar.
Le doy gracias a Dios que estamos vivos y sanos, lamentablemente mi padre se me fue y darle gracias a dios por la enseñanza de mi abuelo que se no ser por el no tuviera ni este medio para subsistir y salir adelante.