VALLE DE SANTIAGO.-EL Pasado domingo 25 de septiembre como cada año, visité el ex cráter lago “La Alberca”, después de tomar algunas fotografías para mi publicación, decidí bajar al interior del cráter para buscar la famosa cueva de la Alberca, pues ya tenía algunos años de no visitar este sitio que fue emblemático
en los tradicionales paseos al cráter lago en el pasado, así que estando nuevamente en este histórico lugar, aproveche para capturar con mi teléfono interesantes imágenes que servirían para complementar mi publicación y poder contar la historia sobre la “Gran Cueva de la Alberca”. Desde tiempo inmemorial, los paseos a La Alberca marcaron la vida de los Vallenses, tanto por la incomparable belleza del cráter lago, como por lo accesible del lugar, pues en aquellos años distaba escasos dos kilómetros del pueblo.
En uno de los libros de quien fuera cronista emérito de la ciudad el Dr. Benjamín Lara González, hace mención sobre la gran cueva y dice: que está ya no existe por haberse derrumbado su bóveda y que este lugar fue un sitio ceremonial prehispánico donde se ofrecían ritos y ofrendas a un ser mítico conocido como el Chan del Agua. (De esto comentaremos en otra publicación). Es probable que pueda sonar reiterativo pero es la
verdad, cuando menciono las historias y leyendas del pueblo que me contaba mi tía bisabuela, pues creo que de ahí parte mi gusto por la historia del terruño, mujer nacida en el lejano año de 1898, personajes de aquella época que les tocó vivir los grandes movimientos políticos y sociales de México, como: La última década del Porfiriato, La Revolución Mexicana, La Pandemia de Gripe Española de 1918, la Guerra Cristera,
Etc. En alguna ocasión me contó que hace muchos años al interior del cráter lago de la Alberca, se originó un gran derrumbe en una de las paredes del cráter, cayendo al agua estrepitosamente una gran cantidad de rocas enormes, haciendo que subiera intempestivamente el nivel del agua de forma tan violenta, que formó una ola que hizo que arrastrara hasta lo profundo a varias señoras con sus pequeños hijos al encontrarse lavando ropa a orillas del lago, pereciendo todos ahogados; la noticia del derrumbe fue todo un
acontecimiento en el pueblo, tanto por lo fatídico del hecho, como por la noticia de que la gran cueva de la Alberca se había derrumbado y que este tradicional paseo prácticamente dejaba de existir, dejando sólo en el recuerdo un sinnúmero de anécdotas y aventuras de convivencia en este milenario lugar.
Conociendo estos hechos, ahora mi pregunta era en que año pudo haberse derrumbado la gran cueva de la Alberca, así que decidido a indagar este añejo evento, recordé que tenía algunas fotografías antiguas de la Alberca, las cuales comencé a escudriñar iniciando con una fotografía tomada en el año de 1908 por el
fotógrafo estadounidense Charles Betts (C.B.) Waite, quien trabajó en México a principios del siglo XX, esta imagen la presento en esta publicación en forma de recorte fotográfico del original en blanco y negro, y otra coloreada, donde se le observa aún íntegra, incluso esta puede ser la única imagen que se tiene de la cueva en todo su esplendor, además, podemos apreciar a la distancia las grandes dimensiones que tenía esta
formación natural; buscando en mi pequeño acervo fotográfico personal encontré otra bonita imagen de un paseo a la Alberca, esta no está fechada pero calculo que puede ser del año 1917 aproximadamente, al término de la Revolución Mexicana y cuando faltan sólo algunos meses para la llegada de la terrible pandemia de gripe española que asoló México en 1918; en la imagen, identifico a uno de los personajes que aparecen en ella, me refiero al político y ex presidente municipal de Valle de Santiago, Don Jesús Guerrero
Martínez nacido en la comunidad de Guarapo en 1897, (es el personaje sentado y vestido de blanco con corbata oscura y polainas) mejor conocido en el pueblo con el mote de “El Gacho Guerrero” y tomando en cuenta sus características físicas y su fisonomía, podríamos calcular que contaba aproximadamente con 20 años de edad; Si observamos bien esta fotografía, los paseantes se encuentran ubicados fuera del área de la gran cueva y podemos apreciar con claridad que ésta ya se encuentra desplomada, pues las enormes rocas del derrumbe sirven como límite para que las personas no traspasen la zona de riesgo.
Después del derrumbe, algunas personas siguieron frecuentando la cueva pero ya nada fue igual, pues el riesgo de un nuevo colapso era latente, incluso se cuenta que en alguna ocasión se llevó a cabo una celebración al interior de lo que quedaba de la gran cueva, para ello, la tarde fue amenizada por una banda de
viento que ocasiono un pequeño derrumbe debido a las vibraciones acústicas de aquel grupo musical, poniendo de inmediato los paseantes tierra de por medio para poner a salvo sus vidas, abandonando a partir de aquel momento y para siempre los festejos en aquella vieja oquedad.
He encontrado varias fotografías de la cueva de la Alberca, donde los paseantes se retratan junto a las rocas del derrumbe en recuerdo de este acontecimiento.
No sabemos a ciencia cierta que provoco el derrumbe de esta milenaria cueva, tal vez pudo ser causado por algún movimiento telúrico o simplemente su antigua estructura no soporto más su peso y se vino abajo.
En conclusión, creo que si establecemos como parámetro la fotografía de 1908 con la gran cueva íntegra, y la contrastamos con la fotografía del paseo a La Alberca de 1917 donde se observa con claridad el derrumbe; el desplome de la cueva pudo haberse dado a principios de la segunda década del siglo XX.
C.D. Dr. Sergio Ruiz Aguilera. Cronista Municipal.