VALLE DE SANTIAGO.- Las leyendas son para algunos hombres de letras narraciones ficticias que por lo regular apelan a lo maravilloso o fantástico y la diferenciación que hacen de un cuento es que estas se ligan a un elemento preciso y se centran menos en ellas mismas que en la integración del mundo cotidiano a la historia de la comunidad a la cual pertenece.
Pero, en ocasiones las leyendas solo son tomadas como cuentos o fabulas inventadas en su momento por personas con fines didácticos o moralistas para quienes las escuchaban y así trascendían de boca en boca a través de generaciones llegando hasta nuestros días sin ser tomadas en serio pese al gran valor cultural que encierran.
Algunas hablan de hazañas de héroes y semidioses producto de relaciones divinas y humanas que evocan que en un pasado remoto seres celestiales llegaron a nuestro planeta enamorándose de las hijas de los hombres de la tierra y las tomaron como esposas y tuvieron hijos que por su portentoso poder llegaron a convertirse en los héroes de antaño según la Biblia.
Aquí en Valle de Santiago Guanajuato existe una leyenda de origen Pitzendo que dejaría de ser esto si es que en verdad a sido descubierta la cueva en que habito el poderoso hechicero Camembaro en la punta de un cerro de Miravalle que coincide con la descripción de la leyenda y que de ser cierto tendría que aceptarse como una historia verdadera.
Fue el excelente camarógrafo y colega investigador Luis Flores Lara quien nos guio hasta un remate del cerro de Miravalle donde efectivamente esta una cueva donde encontramos utensilios de piedra del pasado remoto donde se afirma habito el brujo para proteger a sus siete hijas del asedio de los pretendientes,
Sus nombres Tallacua, Memberecua, Sicua, Andaracua, Sacalazuchitl, Jiricua y terembecua quienes solo tenían permiso de recorrer las faldas del cerro pues sus pretendientes eran Aráceo, Pumato, Cahuageo y Perimo grandes guerreros de la comarca quienes no contaban con la aceptación del brujo por los abusos que estos cometían con los débiles.
Un día llego un joven de rostro angelical y atlético cuerpo no llevaba arma alguna pues no era guerrero si no poeta de nombre Sacaki dijo provenir de Aztlán este fue bien recibido por el hechicero y de inmediato sus siete hijas quedaron prendados de su hermosura y sus poemas que las tenían cautivadas pues además era muy sabio.
Ellas se disputan su amor situación que el padre de ellas consideraba un riesgo para su familia más aun la pena fue mayor cuando los enamorados de sus hijas se dieron cuenta llegaron hasta la cima del cerro a retar a Sacaki pero como el joven no era guerrero y les hablo pacíficamente los enardeció y lo tomaron preso ante la desesperación de las doncellas quienes pedían clemencia por el joven.
Fue así como lo trasladaron hasta unas peñas y lo degollaron dejando su cuerpo destrozado al saber esto el brujo comprendió que regresarían para tomar a sus hijas y tomo la determinación de preparar un brebaje y a través de un sortilegio trasporto sus cuerpos por el viento a distintos puntos convirtiéndose en los siete volcanes de la comarca.
Mientras Sacaki por orden divino fue convertido en el majestuoso cerro de la Batea símbolo hasta hoy de Valle de Santiago quien desde las alturas sigue velando por las siete doncellas convertidas en las Siete Luminarias conocidas mundialmente como el Jardín de los Volcanes, mientras los cuatro rufianes están condenados solo a estar en riscos poco atractivos como castigo y tienen que admirar a las doncellas desde el suelo tapizado de cactus y abrojos que tanto abundan.
En ocasiones la ficción supera la realidad conocimos este lugar mágico y misterioso donde se trasmite el mensaje a través de el dialecto de las piedras que pareciera ser quedaron apacibles después de estar mudas por muchos siglos y que afortunadamente y gracias a nuestros lectores
Rescatamos para seguir con nuestra labor de respetar el pasado para mejorar el presente, gracias amigo Luis Flores Lara.