A doña Camelina la persiguió la mala suerte o mal destino, o estaba señalada para sufrir de amor… Era muy joven, cuando a los 17 años de edad, se casó con apuesto joven del barrio de La Aldea… Fue una bonita fiesta o boda, en donde todos los familiares llegaron, se reunieron y acompañaron a los novios hasta el cansancio del baile con una banda de viento de las de aquéllos años… Ya una vez
establecidos, apareció a situación de que ella no podía tener hijos… Las parientas la llevaban a un doctor y otro, y resultó que por más que se le hizo y por más intentos en la cama, nomás no «pegó el chicle»… No había criatura alguna… Lugo vendría otra gran decepción cuando a los dos años de
casados, y cuando el esposo estaba en plena forma de trabajo, al estar en un colado se lesionó un talón con una varilla de alambrón… Fue a curación, pero de nada sirvió, se le infectó más y más el pie, y pasó lo peor, al saber que le había «caido» la cangrena… Este mal maldito se le fue subiendo hacia la parte media del cuerpo, hasta que lo dejó sin aliento y tuvo que
morir… Así fue como falleció su primer esposo… Esto conmovió en mucho a Camelina, pero ella dejó pasar los días de duelo, para ir con toda seguridad a dejarse seguir con algún otro novio… No estaba dispuesta a quedarse viuda, sola… Así que conoció a Ernesto (el primero se llamaba, simplemente, Juan)… Y ya en
segundas nupcias, pero sin ir al templo, y mucho menos al Registro Civil, para ella inició su segundo matrimonio… Todo era diferente, ya que este nuevo esposo trabajaba en una tienda grande de abarrotes, allá por el centro… Le gustó a ella, este nuevo amor, porque era un joven muy alegre y jacarandoso… Siempre
estaba sonriendo, y parecía que nada le caía mal, y que todos sus cercanos amigos y familiares erean gracios… Ya se habían establecido en otro domicilio, y pues ni para qué buscar tener un hijo si ya se sabía que Camelina nunca iba a poder tenerlo… Fueron felices, pasaron un año, dos, y todo bien… Sin embargo, un día que Ernesto salió a la tienda para ir por unos bolillos y una bolsa de leche para cenar, resulta que
atravesando la calle venía un pesado camión al parecer sin freno, con tal velocidad, y él no alcanzó a ver con claridad el peligro… El camión le pasó por encima, y Ernesto así encontró la muerte, cuando tenía tan sólo 24 años de edad… Camelina casi vió el accidente, pero en ese momento se había metido a la casa para prender la luz… Así que al volver afuera, se dio cuenta del rechinón del camión, y las consecuencias, su esposo había
quedado muerto bajo una de las llantas traseras… No pudo más que llorar y volver a sentir el dolor de ver la partida de su segundo esposo… Tras este hecho, ella se vistió de negro durante más tiempo que con el caso del primer marido… Dos años… Y bueno así andaba vestida cuando el repartidor de los garrafones del agua
«le echó los perros»… Más bien dicho, le echó la jauría encima, cuando estando dentro de la casa, tuvo una relación sexual y amorosa, con lo cual estableció un nuevo novio, y pues en realidad las ganas de estar haciendo esas cosas, fue lo que motivó a ella, el tener que entregarse a esta tercera pareja, desde luego,
sabiendo que era soltero… Se hicieron novios, ella dejó el vestido negro, y se fueron a otro domicilio, en otra colonia, en otro ambiente, para que no hubiera tantos chismes de comadres sobre su situación…. Fue así como Camelina se unió en unión libre con José Alfredo… Nuevamente las ganas de tener una pareja, un marido, un hombre, surgió en ella… De plano no quería estar viviendo la vida sola, requería de pareja… Así
que se entregó en un tercer amor… Esta vez se puso alerta, estar siempre pendiente de la situación y ubicación del nuevo galán… Se esmeraba mucho con él, y pues la verdad, se miraba que se llevaban bien… Pasó un año, dos y al tercero, en pleno diciembre, José Alfredo llegó a su casa, muy mojado… Lo agarró una
lluvia fuerte, y no tuvo más opción que la de correr para llegar a la casa, pese a estarse mojando… Esto el trajo consecuencias, ya que le entró la gripe, y de ahí a una situación peor, puesto que no se le quitaba, decían que le había entrado el frío a los pulmones… Y en efecto era pulmonía lo que tenía…
Desgraciadamente, a pesar de las medecinas, no pudo sobrevivir, se murió!!!…. Otra vez ella se quedó sola… Y pues tuvo que andar en el jardín a ver si le caía otro galán… Pero esta vez fue un joven de la siguiente cuadra, quien se aferró a andar con ella… Había algo que le llamaba la atención a este otro hombre que sería el cuarto de la lista… Resulta que ella tenía una gran casa, muy bonita, y este amigo se le apegó a ella, con el
fin de estar viviendo bien y calcular que la casa se le quedaría para sí, cuando ella muriese… Pero Camelina pronto se dio cuenta de que era un vividor y que este wey sólo quería vivir de padrotito y tantear la casa… Así que lo mandó mucho a la chingada… Bueno, se me acaba el espacio, debes saber que ella tuvo 7 maridos… y al final se quedó sola…