JARAL DEL PROGRESO (Elsoldesalamanca).- El 21 de Agosto de 1819, se obtuvo permiso para construir la primera capilla rural, con fecha 18 de Septiembre de 1821, fue inaugurada la capilla, el 4 de Marzo de 1828 fue constituida la vicaría de San Nicolás de Tolentino del Jaral, que posteriormente se convertiría en el templo parroquial del municipio pues en el año de 1850, se principió la construcción del actual Templo Parroquial y se culminó en 1884.
Debido a que los primeros asentamientos españoles, civiles o eclesiásticos, se dieron al sur del actual estado de Guanajuato, fue Yuririaphúndaro el lugar más importante de la zona, pasando luego a ser la Villa de Celaya la de mayor importancia en la región, dado que allí se estableció una Alcaldía Mayor. No pasó mucho tiempo y luego del descubrimiento de la veta madre, Santa Fe de Guanajuato se ubica como la cabeza de la Intendencia.
Así pues, estando Jaral en las proximidades del Cerro del Culiacán, lugar de gran importancia en los ceremoniales de origen nahua, en la evangelización se toma la figura de la Cruz para suplantar los adoratorios allí establecidos, razón por la cual en todo el rededor del cerro existe una fuerte veneración a la Santa Cruz del 3 de mayo.
El nombre original de la congregación fue Jaral de la Cruz, para luego ser Jaral del Valle, finalmente, durante la revolución se le da el nombre con el que actualmente lo conocemos, Jaral del Progreso.
A San Nicolás de Tolentino se celebración es el 10 de septiembre, su nombre es debido a que sus padres, luego de muchos años de matrimonio no tienen hijos y hacen una petición San Nicolás de Bari, al año siguiente nace su hijo, el apellido no es tal, sino su lugar de origen. De San Nicolás tenemos presente aquello del “pan de San Nicolás”, tradición que nos dice él se desprendido de las cosas materiales y compartirlas con todos.
Este templo es, como muchos del estado de Guanajuato, sencillo en su exterior, tienen una ligera influencia del Neoclásico tardío y más bien se podría catalogar como un estilo ecléctico, es decir, una combinación de varios.
Su interior aunque sencillo tiene ciertos detalles artísticos, como su bóveda en donde podemos ver al Santo al que está dedicado, sobresale en el exterior unos medallones, esos sí de marcado estilo neoclásico en donde aparecen los benefactores del templo que fue la familia Patiño.