(Este fue el último texto histórico que elaboró el Cronista de la Ciudad, Oscar Cortés Toledo)
“Parroquia de Santiago Apóstol.
Se empezó a construir a principios del siglo XVIII de estilo barroco
realizado por los frailes Agustinos con una sola nave, una torre de dos cuerpos y otra torre pequeña que perduró hasta el año de 1910 ya que por los festejos del Centenario de la Independencia se mandó demoler y se construyó la actual ya con un reloj.
Fue el día 15 de septiembre de 1910 cuando se inauguró teniendo el reloj un costo de $2,640 y la torre un costo de $1,700 pesos. El reloj fué traído desde Alemania, siendo donado por el señor J. Refugio Aguilar. Se empezaron celebrar eventos religiosos en el año de 1730 en la parroquia. Don Pedro Lascuráin de Retana fue el benefactor de la obra y lo nombraron director de la obra y a la vez “Mayordomo de lo material”.
Agrega los dos primeros cuerpos de la torre, quedando inconclusa ya que este distinguido español y vallense por adopción murió en el año de 1744. Su sepulcro lo mandó construir a la entrada del Templo. en el crucero de la iglesia; preparando también el sepulcro de su esposa. Pero siendo el sr. cura don Tiburcio Vallejo lo mando extraer para mandarlo a Guanajuato ya que también fue benefactor del Colegio del Estado, ahora Universidad de Guanajuato, quedándose con el sepulcro dicho cura para cuando llegara la ocasión.
En el año de 1814 se construyó el atrio parroquial. La torre que había quedado inconclusa desde 1744 se terminó en 1866 -156 años después- pero por una deuda que tenía con la iglesia el señor Matías Beraza con respecto a unas Haciendas que le rentaron los padres. Le pidieron que terminara la torre, pero la construyó de piedra y no de cantera como son los dos cuerpos anteriores».