Por Pepe Carrillo.-
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, habla sobre los productos que nos alimentan mejor… se refiere al maíz que viene del extranjero, mediante la importación.
Dijo que el maíz amarillo es sólo para los cerdos, no pal pueblo. Que aquí en nuestro país hay maíz blanco, y no amarillo, el cual es deshecho.
Y nosotros los mexicanos no distinguimos colores, y menos en una tortilla, porque teniendo mucha hambres no buscamos un color, sólo llenar la barriga.
Sea mail para cerdos o burros, nosotros comemos de todo, con ganas y sin medida. Y mas que las abuelas sabían mucho de guisados envueltos en tortilla.
De muchas formas la utilizan. Una tortilla solita es un taquito con sal. Si doblas la tortilla con mucha comida, te queda un taco rico y a todo dar.
Si la tortilla se dobla y la metes al aceite, éste es un taco dorado. Y si quieres una flauta, no tiene ciencia: ponla enrollada en aceite, o báñala en chile guajillo y prepárate una sabrosa enchilada.
Si la doblas y le pones queso puede ser un pambazo, quesadilla o empanada.
Si le pones queso gratinado y salsa zxerde es una enchilada suiza o empanada.
Pon la tortilla en cazuela partida en pedacitos y ponle chile rojo, son chilaquiles rojos. Con el mismo preparado y chile verde fueron chilaquiles verdes, sabrosos.
Pero si la sacas del sartén y le pones alsa de tomate, son entortadas; o cortas en tiritas, báñalas en caudillo con jitomate y chiles pasilla, le pones aguacate, su queso crema, sal al gusto… y eso rica sopa de tortilla.
Las tortillas enrolladas con un baño de crema y unas rajas de chile poblano con longaniza o chorizo, preparas sabrosas enjitomatadas… y saboréalas, hermano.
Y si tienes invitados la botana va con tortillas en trianguilito, se fríen y les pones salita… y a saborear los totopos, con un rico cafecito, un chile del molcajete pellejudo, úntaselo a la tortilla y báñalo con quesito… y si te sobraron frijoles, machácalos dejándolos bien molidos, y dales una refrita.
Con dos huevitos estrellados prepárate un taco doble, así lo hacía mi abuelita.
Este es un taco ranchero con chile chilpiquitín, y destapate un refresco. Y si amasas la masa, prepara unas gorditas, unos sopes o unos huaraches.
Los mexicanos preparamos con guisos y con tortilla, y a disfrutar con los cuates quesadillas con flor de calabaza, con huesito ranchero y salsa de tomates.
Si es maíz blanco o amarillo, la tortilla claro que es para comer. Si nos preguntan que de cuál maíz usamos, estando llenos no lo vamos a saber.
Hay lugares donde te sirven las tortillas de colores. Por ejemplo, en Michoacán, son lugares purépechas y en las fiestas las tortillas de colores las podemos saborear: amarillas, rosas, verdes, azules y miraditas.
En las bodas se comen y con un pulque las va a “desatorar”. Y pa que bailes con los novios te ponen en tu cabeza un canasto de pan. En lugar de pan son pollos de los que van a guisar, y la banda empieza a tocar tu canasto en la cabeza.
Y si es una quinceañera, con ella vas a bailar. Las tortillas de colores y el mole de guajolote te servirán, y pides para llevar.
En Pátzcuaro, Soromutaro y Nahuatzen te reciben con rico platón de caldo. Ellos le llaman “chiripa”, es un rico guisado, y con eso te dan la bienvenida.
Le ponen pescado blanco, te dan tortillas grandotas, hay blancas y de colores. Te arriman todo el tascal, y a saborear tu churipo. Te destapan tu caguama, tu pulque y tu mezcal.
Los tamales oaxaqueños y el rico pozolillo suculento, que lo saben preparar. En Guerrero les gustaba el refrán que les echaban cuando montaba el jinete: “La mujer y la tortilla hay que comérselas en caliente, porque si se deja enfriar ni el diablo le pela el diente”.
La tortilla es como don Héctor Suárez, que le decían “El Mil Usos”, nunca falta en los hogares. La comen los alemanes y no se diga los rusos.
Tacos de cabeza o en ceviche, son unas ricas tostadas. Con nopalitos picados, y en las grandes parrilladas se usan con las chuletas asadas.
El vicio de comer los tamales, corundas y las tortillas, eso jamás nos lo quitan, y más si están recién echadizas en el comal, infladitas, y pueden ir con unas ricas carnitas.
Allá en Guerrero, cuna de nuestra bandera, fui a anunciar jaripeos y me invitaron sabrosas enfrijoladas, un mezcal recién sacado y un tequila de primera. Gente sencilla y amable, gustosos y amantes del tradicional jaripeo. Había un mole picoso, otro dulcísimo, parecido al de Oaxaca.
Si eres buen mexicano tiene que comer tortillas para demostrarlo, como el águila que luce en nuestro lázaro patrio, devorando la serpiente, parada en el nopal.