VALLE DE SANTIAGO.-El cráter más conocido en Valle de Santiago es La Alberca.
Se localiza dentro de la mancha urbana la cual está creciendo muy aceleradamente
En torno a él cráter se han ido tejiendo varias leyendas, una de ellas, que no tenía fondo, que se conecta por el mar por un canal, que varios buzos habían sido “tragados” y nunca volvieron a salir, que había un monstruo prehistórico, algo así como el de Ness, en fin, leyendas que con el paso del tiempo han desaparecido pues la triste realidad es otra.
Esta es la ladera poniente, allí hubo, como en los cuentos, “había una vez…” un trampolín de diez metros en donde se hizo un espectáculo tipo la Quebrada en Acapulco.
Debido a que las lluvias han bajado en su intensidad habitual y el crecimiento poblacional de toda la zona del Bajío ha mantenido un ritmo ascendente, los niveles de agua en los mantos freáticos han bajado dramáticamente, eso está más que demostrado en La Alberca, en donde solo queda ese gran vaso que una vez estuvo lleno de agua y se pensó no tenía fondo.
Los mantos freáticos son los depósitos subterráneos de agua, mismos que se van acumulando por las filtraciones de agua de lluvia, pero, al no haber precipitaciones pluviales suficientes y la extracción de agua se mantiene al ritmo habitual, esto da por resultado la extinción del manto, el caso se vuelve gráfico en La Alberca de Valle de Santiago.
Se puede apreciar perfectamente en las paredes lo que fue el nivel del agua, las marcas blancas, producidas por el salitre, así lo indican.
Hace tiempo corrió la leyenda de que La Alberca “avisó” del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, pues en la víspera el agua se tornó roja, como señal de alerta.
Lo que en realidad sucede es que, debido a la composición del agua en estos cráteres, se formaba una especie de alga cuya coloración es rojiza y cuando hay abundancia de ella, la superficie adquiere ese color, que a cierta hora del día con los reflejos de los rayos del sol se vuelve de un color intenso, tal es el caso de Yuririhapúndaro, el «lago de sangre».
La base de una enorme cruz que vigilaba y protegía a la población de Valle cuando “las aguas hervían”. Según mi mamá, me contaba que en ese lugar se oían los “rugidos” del agua y se veía el “hervor” de la misma. Indudablemente es parte de la tradición ya casi perdida de Las Hoyas.
La Alberca de Valle sigue siendo un paseo tradicional y, más que nada, una fuerte lección para todo aquel que la visita y vea cuales son las consecuencias del llamado cambio climático y de la poca conciencia que se tiene en torno al respeto al medio ambiente.
No cabe duda que la Pacha mama nos sigue dando alertas, aún estamos a tiempo de reaccionar y vivir en armonía con el entorno, ojalá el mensaje lo entendamos y, sobre todo, reaccionemos!
Un laurel de la india, que sigue creciendo espléndidamente al borde de La Alberca, otro de los mudos testigos de los días en que hubo gran cantidad de agua en el extinto cráter.
Un día de fiesta era, en La Alberca, una gran concentración de gente, con espectáculo de clavados y lanchas rápidas haciendo mil monerías, jinetes en el día de la cabalgata, seguramente esta fotografía, ya histórica, es del día de Señor Santiago, el 25 de Julio, por los autos, deduzco que es de los primeros años de la década de los setenta del siglo XX, lo que se ve por donde está la lancha es la pared oriente, si comparan esta foto con la actual, se podrán dar cuenta del impacto que causa, a quienes conocimos La Alberca llena de agua, con lo que es actualmente. La foto es una postal
Se antoja increíble que ahora, eso que vemos totalmente seco, hubo una vez, hace ya 40 años, que estuvo lleno de agua, y que allí se practicaban deportes acuáticos, como lo vemos en el siguiente pie de fotografía que apareció en uno de los primeros números de la revista México Desconocido.