JARAL DEL PROGRESO.- El regreso a clases fue un desgaste tremendo para la precaria situación en la que viven la mayoría de los habitantes del municipio.
El promedio mínimo que pagó una familia para llevar a un hijo a la escuela fue de dos mil pesos, aunque la cifra se eleva si se toma en cuenta aquellos planteles en donde pidieron uniformes nuevos.
En escuelas particulares el promedio de gasto fue de 4 mil pesos, mínimo, para los niveles de primaria, y peor los de secundaria.
De ahí que ha sido un duro golpe para la economía familiar la educación para sus hijos.
Otro aspecto es el ver que hay maestros que piden muchos materiales para el estudio, entre libretas de unas y otras, así como mochilas de determinada marca; lápices de diferente calidad, colores exactamente de la marca que quieren, y no de la que puedan comprar los padres.
Incluso hasta en el calzado se dan las «especialidades», cuando los directores y/o maestros piden que se compre de determinada marca.
Con esto y más, la educación se ha convertido en un medio de gasto por demás exagerado.