YURIRIA.- Ya van más de dos meses que el área del pastito, los ahuhuetes, el estanque y las canchas permanecen solos y tristes, a espaldas del exconvento de San Agustín.
No se ven familias, no se ven niños corriendo, amigos comiendo, novios amándose ni jugadores encestando canastas del basquetbol.
Es todo un gran parque que fue dejado como abandonado tras la aplicación de las extrañas medidas de prevención de la pandemia, como si los parques fueran transmisores del Coronavirus. Pero se dice que es para evitar los
conglomerados de gente. Como sea, estás escenas ya son muy tristes, dice la gente.
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