La Hoya de Álvarez, también conocida con el nombre autóctono de “Saratangato” es uno de los principales cráteres que conforman nuestras 7 luminarias, esta hoya perteneció en tiempos de la Independencia de
México a la hacendada María Gertrudis Vargas Patiño viuda de Magaña, originaria de la comunidad de Puerta de Andaracua, aquella matrona que consigna la historia por haber entregado a su hijo José María Magaña al cura Miguel Hidalgo y Costilla para integrarlo al ejercito insurgente y pelear por la independencia de México, cuando el padre de la patria arriba al Valle de Santiago en tránsito hacia Valladolid un día 11 de octubre de 1810.
Pasado el tiempo, Doña Gertrudis Vargas establece en su testamento heredar la hoya de Saratangato a su hija Vicenta Magaña, posteriormente Doña Vicenta, se la hereda en vida a su hermano el Coronel José María Magaña.
En el mes de noviembre de 1869, el Coronel Magaña establece un trato con un farmacéutico de Valle de Santiago llamado Rafael Álvarez del Castillo, (se ha estado mencionando erróneamente que el nombre del propietario de la hoya era Álvaro, si bien este personaje no es ajeno a la familia Álvarez del Castillo, sólo que Álvaro era hijo de Rafael, este último muere de tifo a la edad de 59 años en 1893, es por eso que Álvaro de profesión Abogado, pasa a ser posteriormente heredero de Saratangato) este convenio consistía en la
permuta o trueque de la “Joya de Saratangato” por dos casas que tenía en propiedad el señor Álvarez del Castillo en la Villa del Valle de Santiago (una casa frente al hoy pasaje Juárez y otra en calle 5 de Mayo esquina con Manuel Doblado frente al mercado) valuadas en tres mil pesos, firmándose el contrato, el trueque se hace efectivo y la hoya pasa a ser propiedad de Rafael Álvarez del Castillo, es por eso que este
cráter pasó de llamarse “Joya” de Saratangato a Hoya de Flores y finalmente a Hoya de Álvarez en honor a su nuevo propietario.
Con lo que respecta al destacado Coronel Magaña, héroe de la insurgencia en el bajío, toma como su residencia una de las casas adquiridas en el trato; la de 5 de mayo, y tan solo dos años ocho meses después fallece en ella un 24 de agosto de 1872.
Quien fuera cronista emérito de nuestra ciudad, Don Ascensión Baltazar Castillo es el primero que consigna que a la hoya de Álvarez se le conocía como la “Hoya de Saratangato” esta mención es sumamente interesante, así que decidí investigar más a fondo la toponimia de esta hoya, para ello, tenía que buscar una opinión experta en la materia, así que me entreviste con mi amigo el Arqueólogo tapatío Francisco Sánchez Tornero quien ha estado en varias ocasiones en Hoya de Álvarez y me comenta lo siguiente:
En el caso particular de la Hoya de Álvarez, los materiales arqueológicos observados en superficie, presentan características que corresponden cronológicamente al periodo Epiclásico (ca 650 d.C. – 900 d.C.)La cultura material presente, manifiesta una estrecha relación con otros sitios contemporáneos como Plazuelas y Peralta entre otros.
Seguramente por sus características geográficas y naturales sirvió como receptor de población, atraídos por un ambiente de abundancia y diversidad (flora y fauna). La presencia de un deposito lacustre al interior de la hoya, sin dudad atrajeron a una amplia variedad de poblaciones (fauna), la riqueza y producción acuática que proporcionaba, eran un foco de atención para las sociedades pretéritas.
La palabra Xaratangato es una palabra de origen Purépecha y tiene dos acepciones 1) Xartangato: probablemente de Xaratanguato “Cerro de Xaratanga” y 2) Xaratangato: “Lugar de la Luna Nueva” del idioma purépecha derivado del sufijo O “lugar”. Continúa narrando Sánchez Tornero y nos menciona, que en la religión tarasca el universo estaba dividido en tres partes: Avandaro (cielo) Echerendo (tierra) y Cumiechúcuaro (inframundo) y el Linaje real se le llama Uacasecha (linaje del águila) y la jerarquía del panteón de los dioses es la siguiente 1. Curicaveri (dios principal, dios del fuego, águila, Sol joven). Las
Diosas femeninas son: 2. Cuaravaperi (madre de los dioses, diosa de la lluvia y la fertilidad, de la vida y de la muerte). 3. Xarátanga: Diosa de la luna nueva, hija de Cuaravaperi, diosa de propiciar las buenas cosechas.
El templo de la Diosa Xarátanga estaba en la isla de Xarácuaro, en el lago de Pátzcuaro, además de otros templos. La plata es el metal asociado a la diosa, representa a la luna nueva, juventud y belleza. Al interior de
Xaratangato existen vestigios de lo que fue una pirámide al centro del cráter; sin poder asegurarlo, es probable que esta pirámide haya sido un adoratorio a la Diosa Xarátanga. Finalmente comenta, que los sacerdotes Uatarecha y el señor Taríaran tiene un templo dedicado a Xarátanga. Los michoaques
“purépechas” tienen a la diosa Xarátanga y Los Chichimecas tienen al dios Curicaveri. Para concluir podemos decir que la Hoya de Xaratangato tiene dos acepciones 1. “En el cerro de Xarátanga” y 2.” Lugar de la luna
nueva”. Pues bien ahora que tenemos más información sobre la Hoya de Álvarez o Xaratangato, quiero agradecer al Arqueólogo jalisciense Francisco Sánchez Tornero, por transmitirnos sus conocimientos arqueológicos a todos los Vallenses interesados en la historia de nuestro municipio, esperando que sea la primera de muchas entrevistas para comprender mejor la historia de esta importante región del bajío guanajuatense.
Fuentes históricas consultadas: Archivo Histórico Municipal, “Relación de Michoacán”
C.D. Dr. Sergio Ruiz Aguilera. Cronista Municipal.